Presentación del libro Nébeda (Alkibla, 20256). Con Emilio Silva, autor.
Nébeda narra la historia de dos ancianos que regresan de su largo exilio en Argentina hasta Pereje, un pequeño pueblo de El Bierzo. Allí recuperan las astillas de su pasado, de los rostros y los acontecimientos que marcaron su infancia y las esquirlas de sus biografías cuando soñaron y trataron de hacer justicia. Es la historia de un militante republicano desaparecido, asesinado por pistoleros falangistas, y de cómo ese hecho terrible marcó las vidas de sus seres queridos y condicionó durante décadas el devenir de sus descendientes. Una familia como metáfora de un país apresado por su pasado, encadenado al terror y al silencio. Estas páginas son un aullido en la apagada voz de una dinastía republicana incapacitada para enunciar, para decir, para señalar, para recordar públicamente que hubo un tiempo en el que se significaron. El testimonio de alguien que aprendió a callar antes incluso de saber hablar.
Emilio Silva Barrera nació en Elizondo, Navarra, el 9 de noviembre de 1965. Su padre, Emilio Silva Santín, nació en Pereje, un pequeño pueblo de la comarca de El Bierzo atravesado por el Camino de Santiago, y su madre, Fe Barrera Fernández, era natural de Becerreá, un concello enclavado en las montañas orientales de Lugo. En esas dos localidades pasó los veranos de su infancia y en ambas desarrolló una estrecha relación emocional con los paisajes y las historias familiares.
Se licenció en Sociología Política, pero la mayor parte de su vida profesional la ha dedicado al periodismo y la comunicación. Ha colaborado con diversos medios de prensa escrita, sonora y audiovisual. Ha publicado algunos ensayos como Las fosas de Franco: crónica de un desagravio (2005). Además, ha prologado numerosos libros. En Alkibla publicó en 2015 el libro Te cuento… los tres cerditos, una versión del relato clásico adaptada a un desahucio.
Esta es su primera novela; un proyecto que inició en el verano de 1999 y en cuyo proceso de documentación localizó la fosa común en la que se encontraban los restos de su abuelo paterno, Emilio Silva Faba, asesinado el 16 de octubre de 1936. Tras la exhumación de trece cuerpos en una cuneta de Priaranza del Bierzo, su antepasado se convirtió en el primer republicano desaparecido por la represión franquista identificado por una prueba genética. Desde entonces es activista por la recuperación de la memoria histórica.