Presentación del libro Seamos como los hongos (Caja Negra, 2024). Con Helen Torres, traductora y prologuista.
Basado en conversaciones con guardianes de la sabiduría indígena, colectivos de artistas de México, América del Sur y el Caribe, ambientalistas, feministas, micólogxs y movimientos por la defensa de la tierra, en este libro no hay protagonistas, sino colaboradores. Entre ellos habría que contar también, y principalmente, a líquenes, mohos, cordyceps, shiitakes y gírgolas. Seamos como los hongos es un relato de viaje por el reino Funga que transita regiones diversas como Minas Gerais, Wallmapu/Araucanía, Medellín, Barbados y Chiapas, escrito por Yasmine Ostendorf-Rodríguez, una investigadora y artista cuyas obras son producto de redes internacionales de activismo, producción estética y científica inspiradas en el micelio, la estructura reticular subterránea que integra el cuerpo vegetativo de los hongos y que puede conectar a las plantas entre sí. Los caminos propuestos por esta búsqueda conducen a una epistemología que no se construye en términos absolutos, que critica las taxonomías heredadas del patriarcado y el capitalismo colonial, pero que asume y problematiza lo heredado buscando enriquecer nuestra vida, infundiéndola con lenguas ancestrales, prácticas y estudios transdisciplinarios que tienen su laboratorio o taller en el bosque, la selva, el pantano y los suburbios de las grandes ciudades.
El entramado micélico forma un sistema ecológico fascinante y encierra una profunda utilidad como metáfora de posibles formas de pensar y organizarse. De allí que cada capítulo de Seamos como los hongos se plantee como una enseñanza que puede abordar la colaboración interespecies, la descolonialidad y la muerte hasta nuestra relación con la incertidumbre. Articulado a partir de los senderos abiertos por Donna Haraway y Anna Tsing, la botánica Robin Wall Kimmerer, la compositora Pauline Oliveros, o el chamán Davi Kopenawa, entre otras complicidades, este libro demuestra que fortalecer las relaciones (entre humanos y no-humanos) a través de la escucha, el respeto, la paciencia y la confianza es tan importante como salir a la calle y organizar una revuelta. O quizás sea una forma diferente de hacer política.
Yasmine Ostendorf-Rodríguez (México-Países Bajos) Es investigadora y curadora. Es fundadora y directora de la Green Art Lab Alliance, una red de cincuenta organizaciones artísticas de Europa, América Latina y Asia que busca fomentar relaciones que contribuyan a la justicia social y medioambiental. La alianza es el fruto de más de una década de investigación que ha realizado en Asia del Este, América Latina y Europa sobre artistas que proponen formas alternativas de trabajar y vivir, que conforman comunidades sostenibles e interconectadas. Ha participado en numerosos programas de movilidad cultural internacional y trabajado para organizaciones como Julie’s Bicycle, Cape Farewell, Labverde y TransArtists. Es fundadora del Departamento de Investigación de la Naturaleza de la Jan van Eyck Academie de Países Bajos, del Van Eyck Food Lab y el Future Materials Bank. Además, ha sido curadora residente en diversas instituciones artísticas. Su trabajo propone una mirada micológica para definir modelos de colaboración y organización sustentables y justos.