El libro que el lector tiene entre sus manos profundiza en uno de los más destacados episodios en que la protesta social estalló en las provincias que actualmente componen la comunidad autónoma de Castilla y León. Desde finales de 1903 y, sobre todo, durante el año 1904, la región fue el foco de un conflicto casi continuado. Motines contra las subidas del precio de las subsistencias, manifestaciones en petición de trabajo, protestas contra los impuestos, huelgas agrarias y una, hasta entonces, inusitada actividad política de sociedades obreras afines al socialismo, compusieron todo un repertorio de protesta social que se extendió por las diversas capitales de provincia y los centros industriales más importantes (Béjar y las cuencas mineras del norte de León y Palencia), así como entre los jornaleros de las llanuras cerealistas del centro de la región. Se trata, pues, de un aporte más que debiera servir para comenzar a desterrar de forma definitiva el manido estereotipo histórico de una sociedad castellana y leonesa que, como aludiera el romance Los Comuneros, desde hace siglos «no se ha vuelto a levantar».