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miga, prima, hermane, comadre: bienvenide a un año de revoleo compartío por quinto consecutivo. Entre tanto lío, las cosita de cá una, los agobios, la sobreproducción, esta agenda pretende nacer como un respiro, un abrazo, un refugio para quienes decidimos colectivizar los tiempos y resistir en compañía y multitud a la tristeza que nos impone el sistema. La agenda, como ya sabes, es pa leerla, no te vamo a engañá. Te ayudamo a organizarte si es algo que te pirra o a situarte si es algo que te cuesta. Aquí están éstas páginas, gracias a nuestras ilustraoras y colaboraoras, cargadas de luchas, metáforas, afectos y ternuras para que puedas estructurar cada tarea, cada recaíllo, cada cumple, cada compromiso, cada mandao y cada instante, si quieres, de tu año que se viene.
Este año, la agenda está dedicá a esas que también nos acompañan a llevarlo tó -¡o tó lo que podamo!- palante. Con ellas sabemos que todo es mejor, que somos capaces, que no podremos o no querremos pero tendremos dónde acurrucarnos, calentitas. ¡Ay amiga, si te vieras con mis ojos!
Queremos, por último y como siempre, haceros partícipes de nuestra inmensa alegría con todo el amor que somos capaces de dar a vosotras, quienes seguís creyendo, apoyando, financiando, regalando, compartiendo y difundiendo un proyecto autogestionado como la Agenda Comadre cinco años después. Y es que este proyecto no es solo nuestro: la agenda pretende ser espacio de tiempos diversos y compartíos. Este año, entre la agenda y los tiempos que se escapan, queremos recordarnos que estamos aquí, a este lado de la vida, para cuidar y ser cuidadas, siempre en comunidad. Queremos celebrar los días con pausas y alegrías, y dedicarle un rinconcito a cada golpe, cada caída, cada reto y acontecimiento, rendirle homenaje al descanso, la improductividad y poner por delante el profundo respeto por las currantas y el frontal rechazo al trabajo asalariado. En esta lucha interna y externa, niña, que tenemo, por no olvidar que somos más que lo que hacemos, lo que no hacemos o lo que tenemos que hacer, sentirnos a todes les que tenemos la agenda en nuestras manos es sabernos menos solas. Usar esta agenda va más allá de anotar fechas y días, es un pequeño acto revolucionario, de autoamor y de colectividad, un reencuentro.