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La idea de degeneración de la raza humana tuvo impacto a finales del siglo XIX y principios del XX. Desde la ciencia se trataba de explicar por qué la humanidad iba perdiendo calidad biológica, produciendo incluso personas predestinadas a una vida infame. Lógicamente, estas personas pertenecían en su mayoría a la clase obrera. Eran los principios de la psiquiatría como herramienta de control social.
El anarquismo decidió acoger esta idea, la de la degeneración, y apropiársela dando la vuelta a los argumentos biológicos: si la humanidad iba descendiendo en calidad, el origen de este problema era, fundamentalmente, social.
Este libro trata sobre un aspecto casi desconocido del anarquismo: cómo diferentes corrientes libertarias asumieron los conceptos científicos de su época y los convirtieron en herramientas para el desarrollo de una teoría social liberadora, a menudo en contradicción con las interpretaciones que se hacían desde las propias instituciones científicas.