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Cerca de aquí /Hemendik Hurbil se presenta como un libro extenso, un relato posible de lo indecible, un espejo para quienes vivieron de cerca el conflicto vasco y una ventana para quienes desde fuera buscaban más piezas de un puzle que intuían complejo, pero que desconocían que se vendía incompleto.
Es, asimismo, un proyecto que implica a una persona y a un fotógrafo y ambas cosas valen, en este contexto, mucho más que la suma de sus partes. Clemente Bernad lo consigue con una serie de fotografías realizadas desde la década de 1980 hasta los primeros 2000, y con un texto testimonial que es la argamasa que mantiene unidas las partes, pero también vigentes las dudas, las extrañezas, los pequeños descubrimientos y la voluntad de esclarecer hechos.
La clave que permite hablar con conocimiento de un hecho es haberlo vivido de cerca. Y expresarlo con autoridad, porque en el transcurso pasaron años y ocurrieron cosas que ampliaron la experiencia personal y la convirtieron en expresión común de una época. A la voluntad de contarlo se le añade la necesidad de hacerlo y, a esta, la valentía de enfrentarse a ello. Todas estas cualidades convergen en el proyecto Cerca de aquí /Hemendik Hurbil, que reúne una selección de 470 fotografías.
Además del texto de Bernad, el libro incluye los ensayos «La memoria es una necesidad», de Emilio Silva, «Frío, frío», de Ana Longoni y otro, más breve, de la antropóloga Jacqueline Urla que acompaña un cuaderno central de imágenes (éstas en color) sobre el estado en que quedaron las dependencias abandonadas del diario Egin, clausurado por orden del juez Baltasar Garzón en 1998. Lo documental remite al mundo que nos es común, en contraposición a la construcción de un mundo que es más propio de la ficción. En su dificultad intrínseca para aceptar definiciones sencillas, lo documental siempre resulta más definible por lo que no es que por aquello que representa. Por lo que no calla.
Aplicadas a un contexto preciso, las fotografías de Bernad ponen en práctica el poder que Susan Sontag otorgó a lo fotográfico cuando indicaba que «uniforma la significación de todos los acontecimientos» porque «la cámara los iguala». O cuando Jean-François Chevrier afirma que «la uniformidad de la imagen se opone a la heterogeneidad de los objetos y de los materiales», porque «la imagen iguala lo que agrupa». Estas imágenes, compendio de unas acciones que han marcado el devenir histórico del conjunto del Estado español, son además de documentos sociopolíticos de un alto valor documental, el resultado estético de una mirada construida en ámbitos visuales muy diversos y ricos. Comparten la curiosidad por registrar lo decisivo que sucede en espacios significativos y los detalles esclarecedores que acontecen fuera del foco mediático. En ese equilibrio siempre complejo entre qué mostrar y cómo hacerlo, las fotografías de Clemente Bernad aportan información concreta y alumbran una zona de claroscuros endémicos. Una vez visualizadas, construyen un imaginario de lo posible.
Álvaro de los Ángeles