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La inexorable digitalización del mundo, acelerada por el actual escenario global pandémico, está redefiniendo las coordenadas de la experiencia, del sentir y del pensar. En esta transformación, sin embargo y a pesar de las promesas de emancipación formuladas en relación con desarrollo tecnológico, perviven estructuralmente diversos elementos reguladores del proyecto moderno clásico de estirpe occidentalista-heteropatriarcal-colonial-clasista, que continúan actuando como agentes de producción de subalternidad. En la intersección de las prácticas simbólicas con la tecnología pueden encontrarse, asimismo, las trazas de esas condiciones de desigualdad que imponen una colonialidad del ver y definen una administración y control de lo sensible. En este libro, desde posiciones diversas, se abordan distintas consideraciones en relación algunas preguntas, que emergen en la intersección del arte con la tecnología y la colonialidad, como son: ¿qué papel adoptan las nuevas tecnologías en este contexto de descolonización estética? ¿Es compatible el uso de la tecnología para forjar tácticas simbólico-activistas descoloniales, interculturales y transculturales? ¿Es posible reivindicar, desde las estéticas del sur, un arte transmedia y subalterno; transcultural y descolonial?