Tras el golpe de Estado de 1973, Faustino Piedrabuena, miembro del Partido y colaborador de cierto renombre en varios medios culturales de Chile, tiene que exiliarse al Berlín Oriental. En esta ciudad torturada por la historia, Faustino, como tantos otros militantes de izquierda, recibe la ayuda y protección de los camaradas europeos, pero, aunque goza de ciertos privilegios, la monotonía del exilio y la cerrazón ideológica de algunos compañeros de destierro comienzan a provocarle una íntima frustración. En este momento conoce a un misterioso compatriota que habita en el sector occidental de Berlín y que lo arrastra a una insólita aventura humana y política. El anfitrión es un Fausto chileno en clave criolla, humorística, pero donde no falta ninguno de los elementos del tema clásico. Nos encontramos ante una fábula irónica, posmoderna y a la vez antigua como el mundo, sobre las trampas de la utopía y la frágil línea divisoria que separa el heroísmo de los más siniestros delirios políticos.
AUTOR/A
EDWARDS, JORGE
Jorge Edwards (Santiago de Chile, 1931) estudió derecho y filosofía en la Universidad de Chile y en la de Princeton. Inició la carrera diplomática en 1957, y tuvo, entre otros destinos, París y La Habana, de donde fue expulsado por el régimen de Castro. Tras el golpe de Estado de Pinochet se exilió en España, y en 1978 regresó a su país. Actualmente es embajador de Chile en Francia. Galardonado con el Premio Nacional de Literatura 1994, el Premio Planeta Casa de América 2008 y el Premio Cervantes 1999, Edwards es uno de los escritores más relevantes en lengua española. Entre sus novelas destacan El peso de la noche, El museo de cera, El anfitrión, El origen del mundo y El Sueño de la Historia, todas ellas publicadas por Tusquets Editores, así como El inútil de la familia y La casa de Dostoievski. Sus memorias, Persona non grata, y su retrato de Neruda en Adiós, Poeta... (III Premio Comillas 1990), son ya clásicos en su género. Con La muerte de Montaigne, Edwards regresa a la novela con un magistral juego literario entre el pasado aparentemente remoto de Montaigne y el presente, entre la investigación y la narración, donde la trama se teje y desteje, se detiene en meandros y contrapuntos, arrastrando al lector con pulso firme desde la primera hasta la última página.