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Clara Petacci, joven de la alta burguesía romana y criada en el culto al Duce, se convirtió en su amante en 1936, con apenas 20 años. El romance duró hasta 1945, cuando ambos fueron detenidos y ejecutados por un reducido grupo de partisanos. Petacci dejó constancia tanto de su amor y devoción sexual por Mussolini como de los intríngulis políticos de los que fue testigo. Su mirada sin filtros nos revela un hombre vulgar, narcisista, sexualmente insaciable, incluso infantil en su competición con Hitler. El cómic desvela a Mussolini, el hombre, y las intrigas políticas de los últimos años del régimen fascista. Los diarios de Petacci fueron clasificados como alto secreto por los sucesivos gobiernos italianos durante más de 60 años y no se publicaron hasta 2009.