Fue tras las elecciones de 2012 en Grecia, dos años después de la bancarrota y la imposición de las medidas de austeridad, cuando el partido nazi Amanecer Dorado irrumpió en el parlamento griego. No por la fuerza, sino gracias a los votos de miles de ciudadanos. La crisis había disuelto la hasta entonces firme identidad de las clases medias y trabajadoras y el fascismo les ofreció consuelo culpando de todos sus males a migrantes, homosexuales, progresistas y mujeres. En definitiva, al otro, al diferente. Pues si el enemigo de la nación queda degradado a la condición de infrahumano, el que odia es ascendido inmediatamente a la de superhombre. De ahí el poder de seducción del fascismo. El horror de una parodia reúne tres discursos sobre/contra Amanecer Dorado que aportan valiosas claves para entender y combatir el resurgir de la ultraderecha en España y en el resto de Europa y América. De acuerdo con Savas Mijaíl, la única respuesta al fascismo pasa por la unión de trabajadores y desempleados, intelectuales y artistas, movimientos sociales, sindicatos y partidos. Lo que está en juego no es solo la democracia. Es la vida misma: una vida digna que merezca la pena ser vivida.