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Emily Dickinson fue una mujer inteligente, rebelde y culta que, en su encierro voluntario en la habitación de su casa en Amherst, construyó una de las obras más sólidas de la literatura universal.
Como señala Juan Marqués en la presentación, sus poemas -además de ser escritos, en principio, exclusivamente para la inmensa minoría de sí misma, fueron, a un tiempo, complicadísimos y simples, alegres y triste, transparentes y enigmáticos, Son poemas que acompañan y ayudan a vivir a quien los lee, que enseñan a observar mejor, que obligan a ser más compasivo-.
Aunque su obra es muy extensa, hemos preferido editar un libro pequeño íntimo, dickinsoniano, para lo que ha sido fundamental la visión poética de la ilustraciones de Kike de la Rubia.
"No hay, que yo sepa, una vida más apasionada y más solitaria que la de esta mujer. Prefirió soñar el amor y acaso imaginarlo, y temerlo".
Jose Luis Borges