La documentación recopilada por los exploradores que llegaron a Norteamérica a partir del siglo XV nos proporciona una oportunidad inigualable para viajar en el tiempo. Los testimonios, dibujos, planimetrías y grabados que reunieron nos acercan a los conocimientos que los nativos norteamericanos habían depurado durante siglos. Estos conocimientos abarcaban todos los campos que podamos imaginar: medicina, botánica, química y, por supuesto, arquitectura. Nos acercaremos a estas comunidades a través del análisis de sus refugios y de las estrategias bioclimáticas pasivas que utilizaron para habitarlos. Mediante sus viviendas de tierra, los mandan, los arikara y los hidatsa nos mostrarán cómo era posible vivir a orillas del río Missouri; los sioux, los cheyenne y los crow nos enseñarán cómo habitar un territorio tan complicado como las Grandes Planicies; por su parte, la comunidad de los chippewa, nos mostrará cómo gracias a la construcción de los wigwams, despedían el invierno y recibían la primavera, recolectando frutos y extrayendo el sirope de los arces más cercanos. Invitamos al lector a realizar un peq