HABLAN LOS DIABLOS

AMAZONÍA, COCA Y NARCOTRÁFICO EN EL PERÚ
Imagen de cubierta: HABLAN LOS DIABLOS
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Editorial: 
Coleccion del libro: 
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
240
Dimensiones: 220 cm × 150 cm × 0 cm
Fecha de publicación: 
2009
Materia: 
ISBN: 
978-9972-33-506-8

¿Hasta dónde es factible seguir creyendo sensatamente que las actuales políticas de control de la oferta de drogas son eficaces y justas? Los gobiernos de los países productores - en este caso de los países andinos - están condenados por su propia impotencia, sirviendo la causa de una lucha antidroga sin cuestionamiento. Deleitándose en las buenas relaciones con los Estados Unidos, sometiéndose a la vez a fuertes presiones ante la imposibilidad real de implementar las exigencias de la comunidad international. El panorama se ha hecho más complejo en los últimos años, debido a la peligrosa confusión entre el control del tráfico de drogas y la lucha contra el terrorismo. El Oerú no ha escapado a este esquema "narcoterrorista" impulsado desde Washington para el resto del mundo.

En la región andina abundan ejemplos de to inútil y perjudicial que demuestran ser las actuales políticas de control de drogas. Desde barcos pesqueros perforados por agentes antidroga en Ecuador; un gobierno "matón" del medio ambiente en Colombia; Bolivia con su herencia dolorosa de erradicación forzosa con muertos y heridos; hasta la peligrosa mezcla de fuerza autoritaria, intransparencia y intransigencia en el Perú, imponiendo silencio a las votes detonantes. Washington, la Plaza de Armas, y el mundo entero están haciendo oídos sordos. El modelo aplicado hasta ahora se ha agotado, ya no sirve para más. No hay modelo único que valga para todo.

La falta de imaginación y voluntad política de enfrentar los problemas de fondo, respaldada por un aparato burócrata militar construido para implementar las políticas de control de la oferta, con el supuesto noble fin de reducir los daños causados por el consumo y el crimen, hace exactamente to contrario: induce a más desastres humanos, naturales, sociales y políticos. Si eso no fuera suficiente, adem&aacjute;s se está destruyendo a un recurso natural de alta valor medicinal y cultural, como es la hója de coca.

En el caso del Perú, particularmente, el debate público está recluido con las ruinas preincaicas. La gente todavía parece no haberse puesto de acuerdo de la definición de "narcotraficante". Mientras que cualquiera que aboga a favor de la coca puede ser tildado de narco, a los verdaderos narcos no hay quíen se atreva a identifarlos. Los medios de communicación peruanos, que podrían ser una voz importante para dar a conocer hechos relevantes de la realidad peruana y servir como medio de expresión de un debate serio sobre las drogas, a menudo se callan e incluso distorcionan la información. Precería que en el Perú estuviera prohibido cuestionar la manera como el gobierno desarrollo sus políticas de control de drogas. En estos momentos se encuentran los únicos ejemplares en la biblioteca nacional peruana de un libro sobre la legislación peruana antidrogas cuya venta o distribución está prohibida.

Según los últimos datos de la ONU, los cultivos de uso ilícito se incrementaron, en el Perú, en un 14% en 2004. En el Alto Huallaga, el incremento llegó a ser de 24%. Pero, más preocupante que este aumento en sí mismo es que más de la mitad de los nuevos cultívos - 52% por ciento - se encuentran en "otros lugares", fuera de zonas tradicionalmente conocidas como de cultivo, lo que implica que se ha producido una intensa dispersión, y más desplazamientos, muchas veces hacia zonas ambientalmente vulnerables.

Iniciativas de gobiernos locales, como el proyecto de ordenanza aprobado recientemente por unanimidad en el Cusco, deben servir como punto de partida para el diseño de políticas novedosas y pacificadoras. Esta iniciativa reconoce la producción tradicional y legal de la hoja de coca sin tope en determinados valles, y tiene como principal objetivo promover la industrialización de esta planta con fines medicinales, cientificos, alimenticios, y para el chaccheo de la población. Valiosas iniciativas de empresarios para industrializar la hoja de coca tambien merecen apoyo; a cambio solo hay obstrucción de las autoridades.

Es tal el ambiente inquisitorial en el Perú respecto al debate sobre las drogas, que los autores de la obra aquí reseñada se han autodenominado "los diablos". Se trata de figuras reconocidas en el escenario cocalero peruana, entre los cuales aparacen productores, pero también académicos y especialistas, estos últimos tan arrinconados y censurados como los mismos productores. El aporte de esta obra será sin duda de gran valor para dar inicio a un debate y una apertura que conduzca a la reforma de las políticas del control de drogas.

Porque deben de ser posibles otras politicas de drogas, hasta en el Perú.