La felicidad ¿es un estado o una búsqueda? Esta obra afirma que lo segundo: el ser humano se debe mostrar activo en la eliminación de las trabas al despliegue de la felicidad, comenzando por eliminar esas pasiones egocéntricas que son la envidia, el miedo o la conciencia de pecado y reforzando las que impulsan hacia fuera de sí mismo, que invitan a sentirse parte de la corriente de la vida: «Cuantas más cosas interesen a alguien, más oportunidades de felicidad tendrá», afirma, para concluir que el ser feliz es el que se siente ciudadano del universo «y goza libremente del espectáculo que le ofrece y de las alegrías que le brinda». Una obra de autoayuda... si no fuera porque se trata de un proyecto, de raigambre estoica, de repensar el ser humano y su posición en el mundo.
AUTOR/A
RUSSELL, BERTRAND
Bertrand Russell es el más moderno de los pensadores aquí reunidos, en todos los sentidos de la modernidad.Y figura como uno de sus libros más frescos, estimulantes y de más agudo sentido del humor. Más cercano casi siempre de Voltaire que de Montaigne, se interesó siempre por la pedagogía ilustrada, con su clara confianza en la razón y en la crítica como instrumentos al servicio de la verdad. Cáustico e irónico, Russell es, a su modo, uno de los últimos grandes humanistas de Occidente. Y hay, en este libro punzante y de estilo diáfano, una evidente prueba de su marcha en pos de la felicidad terrestre y mundana, no una búsqueda trascendente como la del Grial, pero no menos digna de un esforzado empeño, solitario y solidario.