Para envío
La conquista musulmana de la península ibérica, a principios del siglo VIII d.C., significó la apertura de al menos dos movimientos civilizatorios únicos e irrepetibles. El primer movimiento, cual salto retrospectivo, acudió a las fuentes clásicas del pensamiento grecorromano, permitiendo unir la Escuela de Atenas con la Casa de la Sabiduría de Bagdad, la Casa de los Traductores de Toledo y, luego, con el Renacimiento italiano y europeo en general. El segundo movimiento, cual puente o flujo a través de la geografía, constituyó el primer antecedente de la posterior globalización capitalista colombina, porque la oleada islámica que llegó hasta Europa ascendiendo desde el Magreb era portadora no sólo de los grandes avances tecnológicos, científicos, filosóficos, estéticos, sociales y políticos del Medio Oriente, sino que transformó esa onda religiosa expansiva casi sin precedentes en la historia antigua en vector de las magníficas civilizaciones del Lejano Oriente.
En lo que denominaron Al-Andalus (territorio que abarcó durante ocho siglos casi toda España y Portugal), los conquistadores musulmanes dieron vida a un abigarrado, novedoso y fascinante universo político, religioso y cultural a través de la práctica de la tolerancia, la interacción y el intercambio entre cristianos, musulmanes y judíos. Fue el escenario de la Edad de Oro islámica. Fue el período de La Convivencia (siglos VIII-XI d.C.), que en este libro Miguel Baraona y Enrique Mata reconstruyen en su vastedad secular y en su incomparable sofisticación ética, política y sociocultural.