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Explicar el pasado es la tarea de los historiadores, pero esa tarea se vuelve intimidante y en extremo compleja en el caso del nazismo. Con un líder que hablaba en tono apocalíptico de poder mundial o destrucción, y con un régimen basado en una ideología de odio racial extremo, uno de los países más avanzados cultural y económicamente de Europa se preparó para la guerra y perpetró atrocidades de una naturaleza y una escala que desafían la imaginación. Frente a Auschwitz, la capacidad de explicación del historiador resulta insignificante.
Si el debate y la controversia constituyen la esencia misma de los estudios históricos, ciertamente se agudizan cuando se trata de abordar la era nazi. Este libro, ya un clásico sobre el tema escrito por un especialista reconocido en el mundo, es un intento de analizar los distintos enfoques sobre la historia del Tercer Reich, sintetizar las discusiones y sugerir cuál de las perspectivas tiene un mejor potencial en relación con las demás para dar cuenta de ciertos aspectos decisivos, como la condición fascista o totalitaria del nazismo, la aceptación por parte de la sociedad alemana o el Holocausto.
En una Europa transformada por la caída del bloque soviético y la reunificación alemana, las nuevas generaciones vuelven a interrogar el pasado: contra las aspiraciones de los que querrían ver el nazismo como una etapa cerrada, la querella pública sobre el legado de la era nazi parece no tener fin. Ian Kershaw expone, con solvencia y agilidad de ensayista, una clave de análisis personal, aguda y consistente, que supera las antinomias o las sintetiza; un conjunto de hipótesis que ha desarrollado en numerosos trabajos y, principalmente, en su monumental biografía de Hitler. La historia es mejor que el mito. Vale tener en cuenta esta obviedad, sostiene el autor, ahora que la ignorancia y el mito difunden la intolerancia racial y un renacimiento de las ilusiones y necedades del fascismo.