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Ya avanzado el siglo XXI se constatan importantes cambios en los códigos simbólicos que ordenan los lazos sociales. Las modificaciones en sus modalidades de configuración en las sociedades occidentales, especialmente en relación con el modelo de familia nuclear, los avatares del deseo y las identidades cambiantes así como los avances de la biotecnología y la informática constituyen un desafío a la noción de diferencia sexual. Se hacen visibles otras formas de subjetivación que se podrían denominar migraciones sexuales y de género, que inducen a reflexionar sobre esos desafíos en el campo psicoanalítico. Tienen importantes relaciones con las nociones sobre la diferencia sexual en otras disciplinas, mitos y religiones. La autora apunta a realizar un análisis crítico de las lógicas y modos de pensamiento que sostienen a las teorías explícitas e implícitas sobre la diferencia sexual y que se manifiestan en los discursos vigentes. Propone la deconstrucción del concepto de diferencia sexual, analizar las aporías de la polaridad masculino-femenino, revisar otras opciones para poder repensar el deseo de hijo y la función paterna, y considerar las consecuencias en hombres y mujeres de las distintas conceptualizaciones sobre la diferencia sexual, cualquiera sea su orientación sexual e identidad de género. Desde esta perspectiva propone no solamente focalizar en las problemáticas que incluye la categoría "diferencia sexual", sino dar un paso más y abordar otra forma de pensarla.