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Con la derrota de las potencias del Eje y el fin de la Segunda Guerra Mundial comenzaron a evidenciarse las profundas diferencias existentes -ideológicas, políticas, socioeconómicas, geoestratégicas- entre los miembros de la coalición triunfante. Bajo la amenaza real de un posible enfrentamiento nuclear, dos modelos bien diferenciados de sociedad -la occidental capitalista, encabezada por Estados Unidos, y la soviética comunista, abanderada por la Unión Soviética- trataron de imponer sus criterios en un mundo sometido a un intenso proceso de cambio tras la sangrienta conflagración mundial y el nacimiento de la descolonización en los países del llamado Tercer Mundo. En este volumen Robert McMahon realiza una detallada síntesis de este periodo, mostrando no sólo la evolución en sí de la contienda, con sus diferentes periodos y crisis (Berlín, Corea, Cuba, Vietnam...), sino atendiendo a las repercusiones y fisuras que hubo dentro de cada bloque, y a la íntima relación que la política interior tuvo en las decisiones tomadas por norteamericanos y soviéticos en el ámbito internacional.