Hijo de poeta, vivió desde siempre en un ambiente caracterizado por una cierta imprecisión: la profunda sensibilidad estética del padre, la rudeza de sus primeros compañeros de juegos, aquellos terribles internos del reformatorio que el papá, señor director, estaba empeñado en amaestrar. Y supo sacar provecho de todo ello digiriendo y armonizando cada uno de los elementos que percibía en su entorno, hasta lograr esa portentosa personalidad que conocemos: un hombre por encima de su tiempo, inmenso como el mar en el que sueña ser enterrado, heterodoxo, agresivo, lúdico, incisivo, mordaz, activo, imaginativo, lúcido, fascinante y, sobre todo, profundamente humano en su irrespetuosa sencillez. Un poeta exhuberante, impetuoso y sensible, que acota la imagen, el ritmo, la palabra, el sentimiento y la expresión para presentar un producto absolutamente original. De origen annobonés, nació en la entonces Santa Isabel en 1948, en cuyo Instituto hizo sus primeros estudios y el bachillerato y donde destacó como deportista. Maestro de una generación de guineanos en acampadas y fuegos de campamento, viajó por España antes de estudiar Económicas (truncada) y Periodismo en Madrid, donde le pilló el tiempo aquél en que no era posible volver. Y allí se quedó, para ir tirando a base de colaboraciones aquí y allá, en Levante, en Baleares, en Odiel, en Nuevo índice, en la Agencia EFE. Después, al cabo del tiempo, le serían reconocidos sus méritos al ser nombrado redactor jefe del semanario Actual. Motor de todos los intentos de creación de grupos culturales africanos en la España de los años 70, ocupó también su tiempo en componer música, tocar la guitarra y escribir: tiene inédito un libro de versos, Poemas de combate, donde se mezclan el amor, la vida y la muerte con la impotencia de servir a su pueblo desde un exilio «cada vez más terrible». <BR><BR>http://www.asodegue.org/lantdnbpfzl.htm