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Las protestas de Occupy Wall Street han capturado la imaginación política norteamericana. Las encuestas revelan que dos tercios de la nación creen que la riqueza debe ser distribuida de manera más uniforme, pero más de la mitad sienten que las protestas tienen poco impacto en la desigualdad. ¿Cómo se explica esta desconexión? La mayoría de los estadounidenses se han resignado a creer que los ricos simplemente siempre se salen con la suya. Excepto que no lo hacen. Hace un siglo, Estados Unidos fue anfitrión de una oligarquía aún más dominante que la de hoy. Sin embargo, cincuenta años después los super-ricos habían desaparecido casi por completo y sus mansiones y haciendas pasaron a ser museos y universidades. América se convirtió en una vibrante nación de clase media.