En los años posteriores al Mayo francés, el debate entre las míticas revistas ?Cahiers du cinéma?, ?Cinéthique? y ?La Nouvelle Critique? fue el intento más pertinaz de expulsar al cine del plácido sitial que había ocupado como un registro fidedigno del mundo. Se volvió la mirada en la dirección opuesta, prohibida: la de la cámara y su andamiaje técnico, la de los fundamentos psíquicos y filosóficos de la visión por ella impuesta; en suma, la de ese recóndito lado oscuro de la representación fílmica. Así, los mecanismos no visibles del cine fueron analizados como el reverso exacto de su gratificante lógica de la transparencia; lo que estaba en juego eran las formas solapadas de control de los individuos. El mayor legado de aquellos años fue, sin dudas, el entrelazamiento del proceso político y el esfuerzo teórico con el fin de desentrañar esas opacidades.