Hay una máxima que suelen repetir los colectivos cuando se da un debate sobre sus derechos y que puede resumirse así: no se puede hablar sobre nosotras y los derechos que nos corresponden sin contar con nosotras.
Esta idea puede encerrar cierta trampa, a saber, creer que un colectivo que conforma un sujeto común de derechos -por ejemplo, históricamente, las mujeres para abortar, las personas trans para ser despatologizadas; gais y lesbianas para poder casarse- tiene la misma perspectiva sobre cómo tienen que materializarse esos derechos. Pero es cierto que cuando el colectivo en general no está representado de ninguna manera, es una reivindicación legítima pedir que su voz se sume al debate.
Pedir que se escuche la voz de un colectivo implica que hay varias partes en dicho debate. Y puede que una de las partes no considere sujeto político al sujeto sobre el que se legisla o decide. Así, exigir debatir con quien no nos considera interlocutoras es pedirle a nuestro verdugo que nos incluya en la conversación sobre nuestra forma de opresión. Y entonces, probablemente, de conversación haya poco: será más bien un enfrentamiento entre quien defiende su existencia y quien no quiere aceptarla.
Por eso es una trampa pedir que se nos incluya en debates donde también participan quienes no quieren que existamos como queremos existir. Hay que pedir, primero, que esa gente que confronta nuestra existencia no esté. Que no sea válida. Porque no querer que las bolleras vivan plenamente como tal, por ejemplo, es fomentar el odio contra ellas.
En los últimos años, esos odios son cada vez más explícitos y no es casualidad. Los odios organizados vienen gestándose desde hace tiempo. En Pikara Magazine queríamos escribir un monográfico sobre el tema, pero no sabíamos si enfocarlo como antifascismo o como odio en general, incluyendo el autoodio, por ejemplo.
Al final hemos decidido retratar a los odiadores organizados, porque son aquellos con los que el debate no puede ni considerarse, porque no sería un debate. Por ejemplo, las asociaciones de hombres antifeministas, también la manosfera organizada para boicotear a las mujeres más visibles y feministas; las tradwifes, que no solo reivindican su forma de vida en el rol tradicional de mujer, sino que consideran que todas deberíamos ser como ellas. Hablamos sobre las mal llamadas terapias de reconversión, sobre la internacionalización de las guerras de género, la crueldad de la frontera sur o el intento de aniquilación de las lenguas minorizadas. Es cierto que también escribimos un reportaje sobre cómo el capitalismo despoja a las personas de sus territorios para obtener beneficios. Este tema quizá no se considera odio explícito, pero es la fuente de muchos odios, desde luego. También un análisis sobre la derecha cuqui de Instagram que es verdad que, en principio, hace de todo menos odiar. Pero defiende el discurso, las formas y valores de quienes luego muestran con sus propuestas y discurso político que sí, que no nos aceptan.
Escribimos de diversos temas sabiendo que algunos se quedan en el tintero para el futuro, que las perspectivas que están son, pero que hay más. Aun así, el monográfico Odios que hemos editado junto a la Fundación Rosa Luxemburg es una serie de retratos del odio organizado. Aquí podéis ver el índice completo y comprarlo. Y si os suscribís como Mejores amigas o Amigas del alma, lo tenéis incluido con más cositas
PIKARA MONOGRAFICO ODIOS
Precio: 5,00€
Este libro tiene disponibilidad inmediata
En Ateneo La Maliciosa
Editorial:
Coleccion del libro:
Idioma:
Castellano
Número de páginas:
71
Dimensiones: 210 cm × 130 cm × 0 cm
Fecha de publicación:
2023
Materia:
ISBN:
978-92-0-082095-3