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Tras años de ausencia, Pura Hamilton, bailaora de flamenco y espía, regresa a España con un solo objetivo: acabar con la vida del General Franco. La acción se desarrolla principalmente en Sevilla, a finales de 1951, y tiene como telón de fondo las incipientes negociaciones entre el gobierno de España y Estados Unidos para la firma de un Pacto de Amistad entre ambos países.
«PURA HAMILTON. OBJETIVO: MATAR AL TRAIDOR, nuestra novela gráfica, es una máquina del tiempo, con la que hemos viajado a la España de 1951 para cambiar la historia de nuestro país. La acción se inicia en un momento decisivo, cuando los Estados Unidos empiezan a consolidar el régimen franquista como un aliado contra el comunismo soviético.
En clave de humor y jugando con los clichés del género de aventuras, hemos creado una novela de espías, en la que nadie es lo que parece, para acercarnos de otra forma, con otra mirada y lenguaje, al drama que vivieron miles de niños y niñas como consecuencia de la Guerra Civil. Como Pura, la protagonista, muchos otros vivieron en su infancia la orfandad, el desarraigo del exilio, el silencio y, en demasiadas ocasiones, el desprecio más absoluto a su dolor. Es posible que el sufrimiento de esta generación de españoles fuese enterrado en las mismas fosas comunes donde se sepultaron los cuerpos de muchos de sus progenitores.
Dibujado en blanco y negro, siguiendo la estela de los autores de comic europeo de serie negra, con Pura Hamilton. Objetivo: matar al traidor hemos homenajeado también a películas de Hollywood Clásico como Historias de Filadelfia, La fiera de mi niña, Sabrina o El Apartamento, aunque no faltan guiños a otros filmes más cercanos a la cultura pop como por ejemplo Top Secret.
Por último es importante señalar dos aspectos de nuestra propuesta: el retrato que hacemos de la Sevilla de la época, al paisaje físico y humano de la ciudad y el flamenco que para nuestra Pura Hamilton, no es solo una tapadera con la que ocultar sus actividad como agente secreto, sino una manera de mantener vivos sus orígenes y expresar su rabia, lo que hace de su arte un arma de resistencia política.»
