Inspirado por la obra de Cervantes, Sam DuChamp, un escritor mediocre de thrillers de espías, crea el personaje de Quijote, un vendedor cortés y pasado de moda que vive obsesionado con la televisión y que está enamorado platónicamente de una estrella de la pequeña pantalla. Junto con su hijo (imaginario) Sancho, Quijote se embarca en una aventura a través de Estados Unidos para probar que es merecedor de la mano de su doncella, enfrentándose con valor a los peligros de una época en que cualquier cosa puede suceder, desde ciberespías rusos al racismo e incluso la amenaza del fin del mundo. Mientras tanto, su creador, atraviesa su propia crisis de mediana edad y siente la necesidad de probarse a sí mismo. Al igual que Cervantes escribió Don Quijote para satirizar la cultura de su tiempo, Rushdie embarca al lector en un viaje salvaje por un país al borde del colapso moral y espiritual. Y con la magia a la que nos tiene acostumbrados en sus historias, las vidas de DuChamp y Quijote se confunden en una búsqueda profundamente humana del amor y en un divertido retrato de una era en la que, efectivamente, realidad y ficción son cada vez más indistinguibles.