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Ramón Bengaray (1896-1936) fue una persona peculiar, hijo de su tiempo. Su vocación política, su placer por el arte, su deseo de democratizar la cultura, su dimensión sindical y su deseo de cambio social componen un mosaico que muestra su pasión vital y existencial, compartida con muchas otras personas en las convulsas décadas que precedieron a la Guerra Civil. Fue fundador de Osasuna e impulsor del fútbol como nueva disciplina deportiva; dirigente de Izquierda Republicana y presidente del Frente Popular en Navarra; miembro de Los Amigos del Arte y socio de la peña Los Iruñshemes; impresor y dueño de una imprenta; difusor de propaganda política; amigo y compañero de gente de la Pamplona izquierdista y conservadora. Asesinado y represaliado en los inicios de la Guerra Civil, aún se desconoce el lugar en el que está enterado; sin embargo, su legado deportivo y cultural ha marcado buena parte de la vida social de la ciudad en que vivió. La biografía de Ramón Bengaray muestra cómo el deseo de transformación social solo puede consumarse atravesando todas las facetas de la vida, sin renunciar a ninguna de ellas.