RAPTO EN PARÍS

Cover Image: RAPTO EN PARÍS
Precio: 1,00€
Agotado
Coleccion del libro: 
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
20
Fecha de publicación: 
2000
Materia: 
ISBN: 
9789200794575

Los Grupos de Acción Revolucionaria Internacionalista (GARI) fueron una serie de grupos autónomos antifranquistas, de ideología antiautoritaria, que se coordinaron para realizar acciones de agitación armada y propaganda tras la autodisolución del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), en Toulouse, a causa de la detención de sus miembros y condena a muerte de uno de ellos, Salvador Puig Antich.Tras la ejecución de Puig Antich los GARI realizaran acciones para evitar una posible pena de muerte a otros miembros del MIL como Oriol Solé Sugranyes y Josep Lluis Pons Llobet en esos momentos encarcelados y pendientes de juicio. Aparecen sus siglas por primera vez al día siguiente del secuestro del director de la sucursal parisina del Banco de Bilbao, el 3 de mayo de 1974.
una asociación estructurada a dimensión internacional de diversos grupúsculos anarquistas destinados a apoyar la lucha emprendida contra el régimen franquista y en favor de los detenidos políticos españoles

Los GARI estaban formados por algunos militantes del ex-MIL, grupo Primero de Mayo y grupos autónomos incontrolados que adoptaron nombres temporales y circunstanciales como GAROT (Grupo de acción revolucionaria ocasionalmente terrorista), GALLUT (juego de palabras).Estaban formados por franceses y españoles.
Sus actividades tenían como finalidad llamar la atención internacional sobre los hechos que sucedían en España durante la última época del régimen dictatorial del general Franco y aislar a la dictadura franquista del resto de Europa. En sus comunicados exigían la liberación de los miembros del MIL encarcelados en España pues temían que corriesen la misma suerte que Puig Antich. Realizaron actos de sabotaje en las lineas de ferrocarril entre Francia y España, voladura de puentes entre España y Francia, colocaron artefactos explosivos en organismos oficiales e instituciones españolas en Francia, Holanda y Bélgica, rapto del director de Banco de Bilbao en París, incendio de autobuses de peregrinos católicos en el santuario de Lourdes, guillotinar la cabeza del príncipe Borbon y Borbon de una figura del museo de Cera de Paris etc.
En 1976 ante una visita del monarca español Juan Carlos I a Francia, doce anarquistas, varios de ellos ex-miembros de los GARI, fueron deportados a una isla francesa en la costa atlántica durante el tiempo que el rey de España estuvo de viaje por Francia, como se recoge en el documental Vacances Royales.
Calificados como terroristas en España y en Francia, algunos de sus miembros fueron encarcelados en ese país, por la Cour de Securité d'Etat, pero posteriormente amnistiados tras la investidura de Giscard d'Estain en 1976 y François Mitterrand como presidente de la República en 1981. Uno de sus miembros fue Jean Marc Rouillan, el cual ha estado encarcelado en Francia por actividades de agitación armada con el grupo Action Directe desde 1987 (de esos años, siete los pasó totalmente aislado) hasta hace escasas semanas, cuando ha obtenido la libertad condicional fruto de las campañas internacionales de solidaridad recibidas.
A pesar de no haber cometido delitos de sangre, se dedicaron a atentar violentamente contra intereses económicos y políticos del régimen franquista.



«Cuando has hecho unas acciones, que la prensa burguesa se ha cuidado bien en deformar y de las que la prensa izquierdista sólo aspira a apoderárselas como material de relleno para sus teorías y crñticas, es indindispensable que se publiquen unas explicaciones inequívocas.
Los que hemos escogido ciertos tipos de intervención política, a menudo nos encontramos a merced de las más fantásticas especulaciones. Cuando la novedad espectacular se ha terminado, este hecho se acrecenta cada vez más.
Es entonces cuando, sin hacer triunfalismos o querer vivir del pasado, sentimos la necesidad de relatar exactamente aquellas acciones que más o menos ya son conocidas, y que se han reivindicado bajo la sigla GARI.
Aun cuando no se trate de iniciar un reagrupamiento bajo ese nombre, no por ello se puede negar su existencia en un momento histórico concreto, ni su intervención en el plano que se ha escogido.
En consecuencia, en un tiempo en el que gran número de compañeros están bajo la tutela de la Corte de Seguridad del Estado (tribunal de excepción para los ?delitos? políticos), y en el que la izquierda comienza a ocuparse de los presos en el estado español, nosotros insistimos en que nuestros motivos aparezcan claramente como lo que son, tal y como los hemos dicho y no como los han imaginado o fabulado...
A partir de una época la sigla GARI desaparece VOLUNTARIAMENTE.
Esto no indica que este tipo de lucha no pueda ser continuada por los mismos protagonistas o por otros: por ejemplo el secuestro de la figura de Juan Carlos de Borbón del Museo de cera Grevin, reivindicado por un nuevo grupo, GAROT.
Esto no contradice nuestras reflexiones individuales o colectivas. Lo importante es saber quién continua la lucha, quién se organiza o se va a organizar para enfrentarse ahora a una situación difícil en el estado francés, y más todavía en el español.
Lo importante es lo que se ha hecho.»

GARI