Desde su publicación en 1964, la versión de Romeo y Julieta realizada por Neruda se considera uno de los monumentos de la cultura latinoamericana, por la belleza y fluidez de los versos y, sobre todo, por el modo en que logra provocar, con recursos de la lengua.
Tragedia temprana, la tercera que compuso Shakespeare, se la considera una obra de transición hacia las consideradas "de carácter". Julieta se singularizará al conocer el amor, y el Romeo del último acto ya no es el enamorado convencional y melancólico del inicio de la obra. El lenguaje de los amantes también hace su parábola al avanzar hacia el desenlace, y sus diálogos darán lugar a los momentos quizá más líricos de toda la producción de Shakespeare.
ROMEO Y JULIETA
AUTOR/A
SHAKESPEARE, WILLIAM
WILLIAM SHAKESPEARE William Shakespeare (Stratford-upon-Avon, 1564-1616) es, quizá, el dramaturgo más famoso de toda la historia de la literatura occidental. Los datos sobre su biografía son algo confusos, pero se sabe que hacia 1592 se encontraba ya en Londres moviéndose por el mundillo teatral como dramaturgo y actor. De estos años datan sus primeras obras, entre las que destacan Ricardo III, La fierecilla domada y Trabajos de amor perdidos, que se representaban entre 1592 y 1594, aunque su distribución impresa fue posterior. En 1594, entró a formar parte de la compañía Lord Chamberlains Men, que llegó a ser considerada la mejor de la ciudad y a ocupar, en 1599, el flamante nuevo teatro construido para ellos: The Globe. En apenas siete años desde la fundación de la compañía, se calcula que nacieron diecisiete obras de la pluma de Shakespeare (la cifra varía ligeramente según sus dataciones aproximadas). Entre ellas se encuentran tanto tragedias, como las famosísimas Romeo y Julieta y Hamlet, como comedias, por ejemplo El sueño de una noche de verano, Las alegres comadres de Windsor y Mucho ruido y pocas nueces, además de las obras históricas Ricardo II, Enrique IV, Enrique V y Julio César, y de la atractiva e inclasificable comedia El mercader de Venecia. Esta fue su etapa de mayor plenitud artística, en la que escribió tres de sus tragedias mayores: Otelo, El rey Lear y Macbeth. Durante la última década de su vida, escribió sobre todo obras ambientadas en la Antigüedad clásica, como Antonio y Cleopatra, Coriolano, Timón de Atenas y Pericles. Sin embargo, entre sus últimas obras brilla con especial y rara intensidad La tempestad, obra alegórica en la que se puede ver en Próspero, el protagonista, un trasunto del propio Shakespeare: un mago que dispone unos personajes sobre un escenario y los dirige a su voluntad para que la historia finalice como debe hacerlo.