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Llevábamos hablándolo desde hacía meses y por fin nos decidimos. Teníamos las cámaras analógicas enterradas, desparecidas o cogiendo polvo en una estantería, pero hacer el primer número colectivo para Underexpose era la excusa perfecta para arrancar.
El primer paso fue comprar a Contado Pierde una lata de Fomapan 400. Una película barata de blanco y negro que tiene menos glamour que las TriX de Kodak y otras marcas, pero que después de ver pruebas nos parecía que podía dar la estética perfecta para nuestro fanzine. Lo siguiente, definir el material. Éramos cuatro fotógrafos. Dos carretes, 72 fotos por cabeza, era una locura asumible. Un plazo de una semana (Santa) que resultó intensa para tirarlos por las calles del centro de Madrid, con mil anécdotas incorporadas y muchas cervezas cuando coincidíamos.
Empezaba la parte de laboratorio. Queríamos hacer todo el desarrollo nosotros mismos, pero íbamos a necesitar ayuda porque no teníamos los medios. Unos por aprender, otros por refrescar lo que ya sabían, el caso es que fue una experiencia mágica en la que tenemos que poner en especial valor el trabajo de los chicos de Contado Pierde, y el de Alberto (@albertominutero) en particular. Ellos nos tutelaron y nos facilitaron todos los medios, tanto a nivel teórico como el material de su laboratorio y su infinita paciencia. Sin ellos este proyecto tal y como lo hemos disfrutado no hubiera sido posible.
Dos mañanas en el labo para revelar primero, positivar hojas de contacto y ampliaciones de fotografías después. Teníamos los escaneados, pero decidimos que la selección debía hacerla cada fotógrafo sobre sus hojas de contactos y ponerla luego en común para la edición final ya en el papel del fanzine como hacemos siempre. Estábamos convencidos de que con nuestra dilatada experiencia de dos años y medio de Underexpose iba a ser fácil. Nada más lejos de la realidad. Cada uno es de su padre y de su madre. Algunos son más autoexigentes con su trabajo y otros nada porque se encariñan demasiado con el suyo. Nos bloqueamos en la edición y solo la determinación, las cervezas y el trabajo en equipo consiguió sacar adelante este número.
Ahora es fácil coger tu cámara digital y disparar en ráfaga sin mirar porque no te cuesta pasta y puedes borrar lo que no te gusta, pero en el analógico tienes que ir a asegurar. Mirar por el visor, pensar rápido antes de disparar, enfocar, elegir la composición y rezar porque la que has hecho sea la buena. Esperar al revelado, llevarte sorpresas a veces agradables, porque ha quedado mejor de lo que esperabas, a veces desagradables, porque no te ha dado tiempo a enfocar bien, has sobreexpuesto o mil factores externos que no puedes controlar. Si estás pensando en comprar este número, queremos que sepas que para nosotros ha sido muy especial hacerlo y nos hemos dejado un extra más de tiempo, de dinero, de energía, de ilusión? y estamos muy orgullosos de como ha quedado.