VEAN VE, MIS NANAS NEGRAS

Imagen de cubierta: VEAN VE, MIS NANAS NEGRAS
Precio: 12,00€
Sin stock, sujeto a disponibilidad en almacenes.
Coleccion del libro: 
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
168
Dimensiones: 210 cm × 140 cm × 0 cm
Fecha de publicación: 
2012
ISBN: 
978-84-938409-5-2

Los cuentos que Amalia Lú recoge en este libro son ritmo y son baile, por eso suenan, vibran, palpitan. Cuentos que al ser leídos nos piden levantarnos y danzar al pulso de tambores y chirimías del Chocó. Pero no solo.

Estos cuentos también son piel y corazón, son cuentos pegados a la boca, al ojo, al cuerpo, cuentos que acarician y muestran la alegría de los días, la fiesta de estar vivo. Cuentos plagados de erotismo sutil y festivo, cuentos gozosos.

Abrir este libro es viajar hasta Colombia, hasta ese rincón de Chocó donde la piel es negra, la tierra fértil y los días se suceden a ritmo de nana.

AUTOR/A

POSSO FIGUEROA, AMALIA LÚ

Amalia Lú Posso Figueroa, nacida en Quibdó (Chocó, Colombia) en 1947, vinculada durante veinte años a la Universidad Nacional de Bogotá, es una narradora de gran prestigio internacional que va llevando sus Nanas negras por todo el mundo. <BR><BR>Nací y crecí en Quibdó, me mojó el aguacero, me abrazó el calor, el viento me levantó la falda empapada en sudor; el pacó y el manduro aromaron mi espacio, el borojó y el marañón pusieron sabor en mi lengua, el río Atrato llevó mis ojos a viajar, la chirimía con su música enseñó mi cuerpo a cimbrear, y mis nanas negras llenaron de fantasías las interminables tardes plenas de relatos bulliciosos, acariciándome, al mismo tiempo que borboritaban las palabras en zigzag. En ese momento no lo imaginaba, pero lo supe después: mis nanas negras me enseñaron a disfrutar al milímetro la riqueza del cuerpo, me metieron en el corrinche de gozar con todos los ritmos que tiene mi cuerpo.<BR><BR>Después, mucho tiempo después, la Universidad Nacional de Colombia aceleró el ritmo de mi cerebro, formándome como psicóloga, para que ayudara a desacelerar el ritmo del cerebro de los demás. Allí se disparó el ritmo de mi lado izquierdo y aprendí que el más justo de los ritmos es el que te permite pelear por el bienandar de los demás.<BR><BR>Trabajé muchos años formando niños y jóvenes en el buen sentido del ritmo, me adentré en todos los vericuetos del arte, hice y hago psicoterapia con ritmo y ahora escribo cuentos, que me han permitido reencontrar los sonidos de mi selva, el gusto de caminar descalza sobre la arena mojada, la carcajada espontánea y la picardía de mis gentes. Todo bajo la mirada amorosa y estricta de Valentina y Yohir Akerman Posso, que son lo mejor que la vida ha traído a mi ritmo.