Existía un país paradisíaco, Heli y Yoyo, donde reinaba la abundancia: fortuna, ganado, cereales. Se vivía sin preocupaciones; la muerte era infrecuente, la progenitura numerosa y la enfermedad desconocida. El país de Heli y Yoyo era tan querido por el Dios creador, que si la luna enfadada no aparecía, el firmamento se Ilenaba de estrellas brillantes para iluminar el entorno de los hombres. El país era tan agradable que el extranjero que lo pisaba, se olvidaba de volver a su tierra.
Los habitantes de este país se saciaron de tanta dicha, se volvieron orgullosos, arrogantes y mezquinos.
Gueno, el Dios creador, decidió que caería la desgracia sobre este pueblo y creó un ser que causaría la adversidad entre sus habitantes; aquel ser recibió el nombre de Njeddo Dewal, la Gran Arpía septenaria, madre de todas las calamidades.
Njeddo Dewal, madre de la calamidad es un libro de aventuras donde el héroe elegido es un hombre de virtud, que tendrá que sortear peligros y dificultades y en su largo recorrido los más variados personajes y fetiches le ayudarán a conseguir su propósito: dioses sojuzgados, boas voladoras, corderos mágicos, cráneos parlantes, animales sobrenaturales, hechiceras maléficas.
Njeddo Dewal, madre de la calamidad, es un cuento mítico, un espejo donde cada cual puede descubrir su propia imagen, unas veces real, otras deformada, una imagen como la vida misma; la lucha entre el Bien y el Mal que nos asedia y penetra en nuestro interior. Una lucha que muestra lo mejor y lo peor del ser humano: su propio comportamiento, y que nos enseña que el Bien y la confianza en la Providencia siempre prevalece.
NJEDDO DEWAL MADRE DE LA CALAMIDAD
AUTOR/A
HAMPATÉ BA, AMADOU
Amadou Hampaté Ba nació en Bandiagara (Mali) en 1900 o 1901 y murió en 1991 en Abidjan (Costa de Marfil). Hijo de Hampaté Ba y de Kadidjia Paté Poullo, descendía de una familia noble. Después de la muerte de su padre será adoptado por el segundo esposo de su madre. En su infancia acudió a la escuela del Corán de Tierno Bokar, un sabio maestro islamista de tradición Tidjaniya y sufí que le marcaría para siempre.<BR><BR>En 1921 se niega a entrar en la escuela en la isla de Gorée. Como castigo, el gobierno lo trasladó a Ouagadougou en calidad de escribano interino. Desde 1922 a 1932 ocupará diversos puestos administrativos en varias regiones de Mali. Cuando en 1933 obtiene 6 meses libres de trabajo, vuelve junto a Tierno Bokar, su maestro espiritual.<BR><BR>En 1942 es enviado al Instituto Francés del África Negar (IFAN) en Dakar, gracias a la ayuda del profesor Théodore Monod. Aquí comienza su dedicación más exclusiva a la labor recopilatoria, ya que Amadou realiza búsquedas etnológicas y recoge las tradiciones orales que le rodean. Se consagra a una búsqueda de quince años que lo lleva a escribir Empire peul du Macina, un estudio sobre una amplia región de Mali, síntesis histórica basada en la tradición oral. En 1951 obtiene una ayuda económica de la UNESCO que le permite ir a París y entrar en contacto con los mejores africanistas, sobre todo con Marcel Griaule.<BR><BR>En 1960, con la independencia de Mali funda el Instituto de las Ciencias Humanas en Bamako y representa a su país en la Conferencia General de la UNESCO, donde pronunció su frase más célebre. En 1962 es elegido miembro del consejo ejecutivo de la UNESCO, organización de la que formará parte hasta 1970. En 1966 participa en la elaboración de un sistema unificado para la transcripción de lenguas africanas.<BR><BR>Amadou Hampaté Ba se consagra a partir de 1970 a su trabajo de búsqueda y de escritura. Los últimos años de su vida los pasó en Abidjan, clasificando los archivos acumulados durante su vida sobre las tradiciones orales del África occidental. Publicó varias obras sobre literatura oral, y su historia El extraño destino de Wangrin le valió el Gran Premio Literario de África Negra en 1974.<BR><BR>Estas son otras obras que componen el corpus del estudioso: Tierno Bokar, le Sage de Bandiagra (1957), a modo de homenaje al maestro venerado. Recopiló los cuentos y relatos iniciáticos de los pastores peule en Koumen (1961) y Kaidara (1969). También redactó sus memorias, Amkoullel l?enfant peul y Oui mon commandant!, que serán publicadas de manera póstuma.