La celebrada caída del muro de Berlín ha llevado al mundo a una guerra fría a una guerra global indefinida. Eliminando al contrapeso de los países comunistas, el capitalismo intenta delinear un nuevo orden mundial basado en una política que esgrime argumentos 'humanitarios' en sus intervenciones militares. La guerra global asoma en el horizonte como un enfrentamiento de las grandes potencias contra el terrorismo suicida de los países expoliados, sin contar con la pervivencia de las tradicionales guerras colonialistas ahora maquilladas con los adjetivos de 'tribales' o 'interécnicas'. El papel de América Latina en este panorama mundial es el tema de la presente obra, un panorama en el que nación, identidad y determinismo son conceptos que deben ser reformados.