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Al final de un día promedio a principios del siglo XXI, los seres humanos que buscan en Internet acumularán ocho billones de gigabytes de datos. Esta asombrosa cantidad de información, sin precedentes en la historia, puede decirnos mucho sobre quiénes somos, los miedos, deseos y comportamientos que nos impulsan y las decisiones conscientes e inconscientes que tomamos. A partir de estudios y experimentos sobre cómo vivimos y pensamos realmente, Stephens-Davidowitz demuestra de manera fascinante y a menudo divertida en qué medida todo el mundo es un laboratorio. Con conclusiones que van desde lo extraño pero cierto hasta lo provocador y lo perturbador, explora el poder de este suero de la verdad digital y su potencial más profundo, revelando sesgos profundamente arraigados en nosotros.