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Isabel es memoria viva y, aunque todo lo que la rodea causa una profunda tristeza en quienes la conocieron, quererla parece ser obligatorio. Temerosa ante la posibilidad de repetición de una vida, la narradora, que se llama como su abuela, necesita al mismo tiempo acercarse y alejarse de ella. Pero a veces ciertos destinos están marcados y no siempre es fácil desviarse de lo que los otros deciden.
Y eran una sola sombra es una novela luminosa, llena de plantas y pájaros, de espejos y relojes, de martillos, cuchillos e hilos, donde los objetos son lo que son y algo más. Isabel-Cristina Arenas Sepúlveda intenta reconstruir un mundo a través de voces familiares que, a menudo, se contradicen y dejan abiertos vacíos y muchas preguntas. La fabricación de tabacos y de zapatos, oficios de Isabel y de su esposo Alfredo, tejen esta historia llena de secretos y algunas heridas, que comienza en los años veinte en Bucaramanga y termina en la actualidad en Barcelona.