Para envío
En esta selección de textos palpita el poderoso vínculo con la naturaleza desde muy diferentes miradas, por lo que no he tenido más remedio que distribuir los artículos en distintas secciones que les prestaran una cierta unidad temática o estilística. Así, creo, se hace menos difícil el inesperado tránsito de un relato científico a un desvarío poético. En cualquier caso, la calma, la mirada más o menos serena, es la actitud que domina en casi todas las entradas. Porque, aun admitiendo que la vida es incompatible con la calma, no concibo la contemplación de lo vivo desde la rabia o desde la indiferencia.
Los lectores más avispados descubrirán mensajes ocultos, mapas que conducen al escondite y acrónimos que son, en realidad, bautizos. Quienes han sido protagonistas de las aventuras de este gato sabrán poner fecha a algunos textos, porque en esta antología todo anda un poco desordenado (aunque el ayer es siempre hoy). Sospecho que la tarea más complicada, incluso para mí, es poder distinguir la realidad del deseo, lo que ocurrió y lo que debería haber ocurrido (o no). Fuera de los territorios del periodismo, en donde nunca me entrego a la ficción, ¿cuánto es cuento? La ficción comienza donde termina la vida. ¿O era al revés? Casi nada es lo que parece, pero todo es verdad. Aunque, como única certeza, señalaré que el gato, escondido en nuestro jazmín, aún goza de buena salud y excelentes reflejos.