Huyendo de lugares comunes, hasta el punto de revelarse hijo díscolo de la llamada ultraizquierda, Endnotes se sumerge desnudo en el estudio de la cosa misma: los ciclos de lucha deben abordarse desde sus propios presupuestos y partiendo de las apuestas que están en juego dentro de ellos. [?] Es así que, desde una postura comunista, se pregunta por los límites que continuamente se encuentran estas luchas en el proceso de constitución de una fuerza unitaria que supere el momento y la lógica reactivas y las empuje hacia la abolición de la formación social capitalista. A esta acentuada incapacidad de generar unidad, Endnotes la denomina el problema de la composición, [?] queda formulado como la unidad en la separación: la dependencia universal de los seres humanos que viven en sociedad, conviviendo con su indiferencia recíproca. Que esta cuarta entrega de la revista quede nombrada por esta fórmula, «unidad en la separación», nos informa ya sobre su contenido. La pregunta por la separación es una pregunta por la unidad, tal vez constituyendo ambas los interrogantes más generales de la emancipación. Cuestiones que, más allá de su carácter abstracto, lo que persiguen es encontrar el nexo entre las luchas reales y la emergencia de una fuerza unitaria orientada hacia la revolución.