Estos tiempos de ira fortalecen la cultura carcelaria: sean banqueros, manifestantes o acosadores, se establece una relación irrebatible entre delito y castigo penal. Todos a la cárcel. Que al menos sean torturados unos años ―lo único que consigue la prisión, según afirma Vicenzo Guagliardo en la obra que acabamos de publicar. Ni reinserción ni menos criminalidad, eso es obvio. Torturarles y quitarles de la vista de la sociedad, para no tener que hacer frente a las causas de sus actos ni a la arbitrariedad e inutilidad de su condena.
Ante las discusiones de la Ley de Seguridad Ciudadana y la reforma del Código Penal y las demandas de aumento de las penas, De los dolores y las penas. Ensayo abolicionista y sobre la objeción de conciencia, de Vicenzo Guagliardo, puede dotarnos de más argumentos en contra de la cárcel como forma de resolución de conflictos.
Vincenzo Guagliardo nació en Túnez en 1948. Hijo de una familia de inmigrantes sicilianos regresa a Italia en 1962. Durante años trabaja como obrero metalmecánico en Milán. Es en este ambiente de fábrica en el que se sumerge en la militancia política e ingresa en las Brigadas Rojas. Detenido en 1980 es condenado a cadena perpetua. Durante su reclusión es uno de los pocos excombatientes que no acepta colaborar con la Justicia, esto es, entrar en el programa arrepentidos. Desde abril de 2011 está en libertad condicional junto a su esposa Nadia Ponti, también condenada a cadena perpetua.
Introducción a la edición en castellano. Paz Francés Lecumberri y Diana Restrepo Rodríguez
El estado abolicionista. René Lourau
Nota del autor a la edición italiana de 1997
Prólogo a la edición en castellano
Introducción
Primera parte. Entre Muros
Del cuerpo
De la mente
De la conciencia y del amor
De la historia: la tecnoburocracia y su espectáculo
De la historia: falsa verdad e historias verdaderas
Dolor y memoria
Dolores y cuerpos
Segunda parte. Al otro lado del muro
El abolicionismo es una mirada
La pena como mercancía o el trabajo como don