Coloquio-Taller «El teatro de Peter Weiss»

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Organiza: 
Centro de Documentación Crítica
19/11/2016 - 11:00
Taller

Librería Traficantes de Sueños
Entrada libre
Aforo limitado

De 11.00 a 12.30 horas
Mesa coloquio: El teatro de Peter Weiss: las obras dramáticas y vanguardistas (Noche de huéspedes, Marat-Sade, Mockinpott, El nuevo proceso).
Intervienen: MARTA FERNÁNDEZ BUENO (Profesora de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Complutense de Madrid), DAVID LADRA (Crítico en la revista Primer Acto e investigador), FRAN OTERO GARCÍA (Dramaturgo).

De 12.30 a 14.00 horas
Taller: La escritura dramática del teatro político.

Marat-Sade (1962-63) se convirtió en una de las obras fundamentales del mundo dividido de los años 50 y 60. Más allá de representar los dos grandes polos de tensión y conflicto generados en la revolución francesa, tomaba en consideración los procesos de liberación de los países del tercer mundo y exponía el debate sobre la violencia armada en la transformación de la sociedad. Después, con Hölderlin (ya en los 70) y El nuevo proceso (en los 80), la visión dramática de nuestra sociedad aparecía en sus rasgos de sumisión y control por parte de las instituciones estatales o de las multinacionales.

Unos años antes de Marat-Sade, las obras vanguardistas de Weiss trataban de encontrar un camino de representación de las tensiones subjetivas en relación con la familia y el Estado en forma de expresión dadaísta, surrealista o del teatro de atracciones.

A partir de sus obras dramáticas de Weiss y de sus piezas vanguardistas dialogaremos sobre lo que queda de su proyecto, tras el desarrollo del teatro posdramático, y trataremos de esbozar una pieza dramática a la altura de nuestro tiempo.
 

A partir de Peter Weiss. 100 años de su nacimiento

El 2 de Octubre de 1968 se estrenaba en Madrid la obra teatral de Peter Weiss Marat-Sade. Para los que vivieron tal acontecimiento resultó una experiencia casi única que rápidamente se convirtió en un hecho emblemático para lo que en aquellos años constituía el frente antifranquista. Uno de los protagonistas de tal evento, el autor de la versión castellana, Alfonso Sastre, recuerda así aquel día: “la noche del estreno fue algo más que un acto meramente teatral, y el público, en pie, coreó la palabra revolución. Las dos siguientes funciones se celebraron sin que las Autoridades administrativas permitieran abrir las taquillas al público, y, por fin, el espectáculo pasó al Teatro Poliorama de Barcelona, donde se hacían dos funciones diarias con llenos hasta los topes. En aquellos momentos la agitación social y política era grande”. Algunas de las más importantes figuras del teatro español de entonces y otras que más tarde se convertirían en artistas valorados, Adolfo Marsillach, Gerardo Malla, José Mª Prada, Enrique Cerro, Antonio Malonda o Alberto Miralles, levantaron sobre el escenario aquel conflicto acerca de la revolución francesa en el que se representaba el enfrentamiento entre un proyecto individual y un proyecto colectivo (a la vez que se determinaban los límites de la ideología burguesa y de su práctica política). Esta pieza trazaba así, en el imaginario de la izquierda española, los caminos de una revuelta radical contra la dictadura. Al final de la pieza, en medio de un tumulto atronador que hacen los personajes mientras inician la rebelión, el personaje de Jacobo Roux (el socialista radical) grita a personajes y público, indistintamente: “¿cuándo aprendiereis a ver? ¿Cuándo vais por fin a comprender?

 

La pregunta ha saturado la escritura de este autor alemán (pintor, dramaturgo, grafista, escritor y cineasta) nacido en Nowawes en 1916 y fallecido en Estocolmo en 1982. Desde sus primeras acuarelas y relatos durante los años treinta (De isla a isla o Tratado sobre el extinguido mundo), influidos por las obras pictóricas del expresionista Georg Grosz o del flamenco Pieter Brueghel, por la narrativa de Hermann Hesse y su conocido El lobo estepario, o por la dramaturgia vanguardista del sueco August Strindberg; hasta sus dos últimos grandes textos (la novela La estética de la resistencia y el drama El nuevo proceso), Weiss ha tratado de materializar en la escritura este interrogante que le ha llevado a una sistemática indagación de todo aquello que constituye el mundo (los sueños, los documentos, los relatos, las imágenes, etc.), ámbito que conforma, según él, el campo de acción del trabajo artístico, distinto al trabajo político en cuanto que su lucha se desarrolla en otro nivel de los conflictos sociales (el nivel ideológico) y en cuanto que produce otros efectos (simbólicos, culturales, etc.). Precisamente este incluir todo material en su obra, esta determinación por investigar la constitución y la naturaleza del cuerpo social, aboliendo incluso las normas morales (como hace en Adiós a los padres), convierten su obra en una suerte de física social del capitalismo. Tal planteamiento resultó a mediados de los setenta y durante toda la década de los ochenta, tras la derrota del Mayo del 68 y del resto de movimientos revolucionarios que se dieron alrededor de esta fecha, indiferente si nos guiamos por el olvido en que cayó su obra, a excepción del interés académico que pasó a considerarla como la de un clásico y la trató consiguientemente con la misma consideración que a los monumentos pasados  (es decir, nada pueden decirnos sobre el presente) y de los cuales solo vestigios históricos puede esperarse de ellos. En España, el reconocido autor alemán durante la década de los sesenta (se publicaron casi todas sus novelas y piezas teatrales) se convirtió, en los noventa, en un absoluto desconocido. Sus textos se agotaron en las librerías y ya no fueron más reeditados, y sus obras teatrales prácticamente no volvieron a representarse en los escenarios. La revolución que gritaban en aquella puesta en escena actores y espectadores había sido aniquilada, al parecer, del horizonte imaginario de las sociedades del llamado “primer mundo”. Incluso para el proletariado de las sociedades “occidentales”  (definición puramente geopolítica), que ya había comprendido que, una vez salido de la miseria gracias al estado del bienestar (weltfare state), a que habían conducido sus luchas, podría entonces vivir en la comodidad media.

Sin embargo, el nuevo espacio diseñado podría ser definido como “un infierno a la medida de nuestros deseos”, tal y como explica el sociólogo Jesús Ibáñez en un breve pero sustancial artículo: una sociedad en la que se produce necesidades, en la que se consume signos. Las tesis de Ibáñez pueden sintetizar, leídas respecto a Weiss, lo que configura el fondo de sus  preocupaciones políticas y estéticas: “el milagro económico (transición a la sociedad de consumo) y el milagro político (transición a la democracia) son dos puertas de acceso al infierno (…) el infierno es la clausura absoluta: una singularidad del espacio, una ultraestructura, un límite (…) el infierno es la repetición, el infierno es el eterno presente”. Weiss también concibió la idea de una bajada al infierno en Ejercicio previo para el drama en tres partes Divina Comedia como metáfora con la que poder rastrear el espacio social. Ibáñez concluye con una cita de Franz Kafka: “estamos reservados para el Gran Lunes pero el Domingo no llegará jamás”.

Weiss había recorrido en sus tres tomos de La estética de la resistencia la vida en el capitalismo, y, como definiría el “Mayo del 68″ (fecha que para Negri significa el inicio del siglo XXI y la consolidación del obrero so-cial), había reconocido que lo que constituía al proletario no era solo la explotación sino también la expropiación de la vida, así que lo que el proletariado-obrero social de los ochenta y noventa vivía no era sino la muerte.

Iluminar lo que aún resultaba opaco, iluminar esa paradoja -vivir la muerte- enunciada, teniendo en consideración los dos ejes (explotación-expropiación), le permitió construir obras como el Canto del fantoche lusitano, una especie de pequeño El Capital de Marx, que analizaba el capitalismo y la forma que adoptó en cierto momento -el imperialismo-, y que se ha convertido en un verdadero fresco de las mecánicas de explotación sobre los habitantes del llamado “tercer mundo” en un ejemplo de eso que se ha dado en llamar “globalización mundial de la economía” y que Immanuel Wallerstein o Samir Amín, desde parámetros marxistas, ya definieron como “economía mundo”. También le abre el camino para textos como El nuevo proceso, la descripción de un mundo de corporaciones multinacionales (en las que la actividad política es incapaz de influir), prácticas neocoloniales o mecanismos de opresión e integración social violentos ocultos y visibles, en el que el ser humano acaba siendo hundido y destrozado. En un breve texto de presentación para el estreno de este drama, Weiss escribe una vez más interrogantes (como si toda su obra se tratara de un proceso de acumulación de preguntas, como si todas sus palabras, imágenes, no fueran sino una forma de saturar lo firme): “¿por qué K. no rompe con esas fuerzas hostiles a la vida? ¿Por qué no logra encontrar la salida, cuya existencia, sin embargo, intuye? ¿Por qué no aprovecha los impulsos que despiertan su ira y sus dudas para combatir aquello que quiere oprimirlo, aplastarlo?”

Desde esta perspectiva es posible ahora entender por qué Weiss afirmó de El castillo de Kafka que era “una novela proletaria” o que en 1965 recibiera, entre otros premios, el de literatura otorgado por el movimiento obrero sueco. Se limitaba a plantear lo que era simplemente un conocimiento: el fruto de hacer trabajar otros textos (imágenes, re-presentaciones, pala-bras, enunciados, dis-cursos, documentos, etc.) para dar lugar a un nuevo texto que revelaba zonas oscuras de aquello que es, finalmente, el vivir.

Probablemente una de las descripciones más estremecedoras de las sociedades llamadas del “primer mundo” pueda encontrarse en lo que el autor alemán dice sobre la vigencia del mundo dibujado por Kafka y sintetizado en un castillo “con su constitución jerárquica en la que cada uno tenía determinadas atribuciones y dependencias y no sabía más que aquello que precisamente le estaba permitido saber y debía limitarse a realizar aquello que otros le exigían”. Todo un espacio social marcado que deja sus huellas en cada individuo y que, precisamente por su materialidad,  son posibles de rastrear. En sus cuadernos de notas dejó escrito que “de todas las experiencias sangrientas de los últimos años, el que aprendió no fue el trabajo sino el capital. El capital ha alcanzado una nueva cumbre de su poder y, mejor que en cualquier época anterior, ha conseguido ocultar esta posición”. Continuar las tareas propuestas por su obra se presenta más urgente que nunca.

Weiss, uno de los escritores más importantes de la literatura y el teatro del siglo XX, encontró en la contradicción una productiva forma de escritura y un agudo modo de pensar. Era la fuerza motriz que engendraba todo su trabajo, como señaló en algunas páginas de sus Notizbücher (Cuadernos de notas). La con-tradicción es el síntoma de la modernidad.

Recogió de las vanguardias de principios de siglo el deseo de destruirlo todo, resquebrajando lo firme, haciendo explotar la solidez del lenguaje. Sus clases en la Universidad Popular de Estocolmo en 1952 formalizaron toda esa energía subversiva del arte en artículos, ensayos sobre el cine y cuadros. Pero también reconoció que los museos y la mercantilización desactivaban la fuerza última de cualquier obra, manteniendo por ello una constante atención a la mecánica productiva de la literatura (ideas sobre el montaje, el collage, etc.). Utilizó el psicoanálisis, que había conocido gracias fundamentalmente a Lajos Székely, como una tentativa para advertir las dinámicas de interpelación ideológicas por las que los individuos se reconocen en determinado discurso, en determinado Orden inconsciente, y lo describió con minuciosidad en dos novelas: Adiós a los padres (1959-60) y Punto de fuga (1960-61). Exploró el realismo objetivista en Duelos (1951) y La sombra del cuerpo del cochero (1952) con la intención de dar a los objetos y a los personajes “un estar ahí”, como explicó Roland Barthes, arrebatándoles un “ser algo”, un tener esencia. Ensayó la imagen en movimiento mediante estudios y películas experimentales con las que trataba de esbozar la imagen de lo innombrable. Enfrentó distintas escrituras para sacar partido del choque que producían. Su famoso Marat/Sade (1963) es, en este sentido, un ejemplo de capacidad dialéctica en el teatro. Hizo entrar en la obra el material documental, la historia, para dejar fuera de juego la fábula aristotélica, abandonando así ese producto típico de las “civilizaciones del alma”.

Como intelectual comunista intentó dar cuenta de los trágicos signos de la modernidad: desde su investigación sobre los campos de exterminio nazis en La indagación (1964), hasta su participación en los dos Tribunales Russell (de 1967 y 1972) contra los crímenes estadounidenses en Vietnam. Su oposición al estalinismo y la reflexión sobre lo que significaba el llamado “socialismo real” lo trató por extenso en Trotsky en el exilio (1968-69). El imperialismo y las luchas de liberación del denominado “Tercer mundo” le llevaron a escribir su Canto del fantoche lusitano (1967) y a mantener una polémica discusión con Hans Magnus Enzensberger sobre las posibilidades de escribir desde el Otro, desde el explotado, desde el colonizado.

Los continuos cambios de residencia de su familia le hicieron viajar y conocer el territorio de la vieja Europa, desde Nowawes a Bremen, de aquí a Berlín para pasar después por Chislehurst (Inglaterra), Warnsdorf (Checos-lovaquia), Praga, Alingsas (Suecia) y Estocolmo (por poner sólo los lugares más significativos). Su trabajo artístico le hizo recorrer otros itinerarios: Cuba (para pintar con Wilfredo Lam), España (para recoger datos sobre las Brigadas Internacionales durante la guerra civil), París (para conocer al surrealista André Breton y al no-velista Jean Genet).

Los tres tomos de su obra La estética de la resistencia (pu-blicados originariamente en alemán en 1975, 1978 y 1981 respectivamente), a los que dedicó casi diez años de su vida, desde Julio de 1972 hasta Agosto de 1980, no pueden entenderse sin tener presente el largo siglo de la altermodernidad que está por venir.

 

 

 

A PARTIR DE PETER WEISS. ACTIVIDADES

 

Día de inicio: 25 de octubre; de 18.00 a 20.30 horas; Librería Contrabandos c/ Amparo, 76 20 horas teórico-prácticas. Curso: La dramaturgia política. El teatro documental. Impartido por César de Vicente Hernando. Se analizan los elemnentos fundamentales del teatro documental a partir de los planteamientos desarrollados por Peter Weiss.

Día 26 de octubre, de 18.00 a 19.30 horas; Auditorio Nouvel. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) c/ Santa Isabel, 52 Mesa coloquio: Del mundo dividido en Este y Oeste al mundo dividido en Norte y Sur. Coloquio en torno al texto “10 puntos de trabajo de un autor en un mundo dividido” y otros ensayos de Weiss. Intervienen: Ángeles Diez Rodríguez, Erea Fernández Folgueiras y Raúl Sánchez Cedillo.

Día 26.- de 19.30 a 21.00 horas; Auditorio Nouvel. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) c/ Santa Isabel, 52 Taller: Cómo representar un mundo dividido.

Día 16 de noviembre, de 18.00 a 19.30 horas; Librería Enclave, c/ Relatores, 16.- Mesa coloquio: Peter Weiss: los síntomas de lo Real (Psicoanálisis, narrativa y experiencia artística). Intervienen: GERMÁN GARRIDO, EVA FERNÁNDEZ.

Día 16, de 19.30 a 20.30 horas; Librería Enclave, c/ Relatores, 16.- Taller: Explorando la subjetividad.

 

Día 19 de Noviembre.- de 11.00 a 12.30 horas; Librería Traficantes de Sueños, c/ Duque de Alba, 13.- Mesa coloquio: El teatro de Peter Weiss: las obras dramáticas y vanguardistas (Noche de huéspedes, Marat-Sade, Mockinpott, El nuevo proceso).

Día 19; 12.30 a 14.00 horas; Librería Traficantes de Sueños, c/ Duque de Alba, 13.-Taller: La escritura dramática del teatro político.

Día 23 de Noviembre.- de 18.00 a 19.30 horas; Escuela de Relaciones Laborales (Universidad Complutense de Madrid), c/ San Bernardo, 49.- Mesa coloquio: El teatro de Peter Weiss: las obras de teatro documento La indagación, Canto del fantoche lusitano, Discurso sobre Vietnam, Trotsky en el exilio, Hölderlin). Intervienen: JUAN PEDRO ENRILE, CÉSAR DE VICENTE HERNANDO.

Día 23.- de 19.30 a 20.30 horas; Escuela de Relaciones Laborales (Universidad Complutense de Madrid), c/ San Bernardo, 49.- Taller: La escritura dramática del teatro documento.

Día 28 de Noviembre.- de 18.30 a 19.45 horas; Embajada de Suecia, c/ Caracas, 25.- Proyección del documental Stranger Walk in and out Throuthde Stefann Lamm y proyección de las películas experimentales de Peter Weiss Studie, II, Studie, III y En la Ley.

Día 28, de 19.45 a 21.00 horas; Embajada de Suecia, c/ Caracas, 25.-Presentación del nº 162 de la revista ADE Teatro dedicado a Peter Weiss. IntervieneN: ELDA GARCÍA POSADA, JUAN ANTONIO HORMIGÓN.

Día 15 de Diciembre; 12.00 horas; Facultad de Filosofía y Letras (Universidad Autónoma de Madrid), Cantoblanco.- La estética de la resistencia de Peter Weiss. Interviene: SANTIAGO SANJURJO. Cierre de las jornadas.

Dinámica:

Cada mesa coloquio irá alternando los comentarios e intervenciones cortas de los participantes con fragmentos de visionado, lectura dramatizada o lectura textual de las obras que correspondan al tema tratado. Todo lo visto en esas mesas será llevado a la práctica en los talleres. De ellos saldrán obras que podrán mostrarse durante las jornadas.

Para preparar las lecturas, tendría que formarse un pequeño equipo que trabajara unas semanas antes de las jornadas los textos seleccionados. Saldrían del alumnado de la RESAD y otras escuelas y colectivos.

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Las jornadas están pensadas no solamente para celebrar el nacimiento de un autor cuya obra ha sido notablemente influyente y renovadora, sino para, a partir de ella, desarrollar más las líneas de trabajo que apuntó y comprender la producción artística como modo de trabajo sobre el mundo.

 

PUBLICACIONES

Monográfico en la Revista Ade-Teatro (Septiembre de 2016).

 

Escritos, antología de textos de Peter Weiss que recogería trabajos publicados en los dos volúmenes de Rapporte.

 

Edición de las obras suecas de Weiss y del Tratado sobre el mundo extinguido.

 

 

 

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