Presentación del libro Como aquella noche. Con Vicent Segarra, Manuel Broullón y Fremdina Bianco.
Con el tiempo, la ausencia se torna en otra forma de presencia. Ese hueco que se instala en nuestra mente al poco de que fallezca la persona amada puede menguar según la fecha, la hora y nuestro estado. Algunos días, puede ser un simple bache que atravesemos sin apenas darnos cuenta; otros, puede convertirse en un enorme socavón que acaba por engullirnos. Con el paso del tiempo, como con todo, aprendemos a relacionarnos con esa oquedad y a normalizar ese vacío. Incluso puede que, en algún momento, le dirijamos la palabra y la falta de respuesta ya no nos genere ningún dolor, sino que nos sintamos agradecidos. El protagonista de esta historia, tras soñar una noche con su madre fallecida años atrás, establece un diálogo con la misma que le lleva a revivir diferentes episodios de su vida. En este ejercicio de memoria, donde aparecerán casualidades, miedos y pequeños secretos, no solo subyace la necesidad de narrarnos a partir del otro, sino también la irresoluble pregunta sobre el significado de la existencia. Del mismo modo que la perspectiva de un objeto cambia según nos vamos alejando de él, la lectura de los acontecimientos que tuvieron lugar en el pasado varía según el tiempo transcurrido, quizás la vista abarque más y podamos verlo como un todo, quizás la distancia ya no nos permita ver los detalles.
Vicent Segarra (Castelló, 1977) en la actualidad trabaja como maestro en un barrio del sur de Madrid, aunque antes de emprender los estudios, de Magisterio primero y de Psicología después, trabajó durante varios años como obrero en una fábrica. Su aproximación a la escritura se produce desde el propio placer por escribir, mientras trata de encontrar esas palabras capaces de reflejar, lo más nítidamente posible, esos sentires que todavía no han llegado a conformarse en ideas. Además de este título, el autor cuenta con el poemario Nadie me lo vino a contar.