Para envío
La obra de Iván Illich ha alcanzado ya "la
hora de la legibilidad", el momento en el que
es más actual, más pertinente y más comprensible.
Para Agamben, "es tiempo de leer a Illich
desde una perspectiva completamente distinta" y de descubrir su originalidad.
Su inaudita genealogía de las certezas modernas
encuentra en la corrupción del cristianismo
el origen de los modernos rituales que
generan instituciones sociales y culturales que,
a su vez, gestionan nuestra existencia. Unas
instituciones que deshumanizan con la excusa
de facilitar y proteger nuestras vidas.
La investigación que Illich emprende para
descifrar el origen de nuestro malestar le conduce
hasta descubrimientos fascinantes que
permiten redescubrir una ética capaz de primar
la amistad hacia el otro, hacia alguien
que "no es uno de los nuestros".