Para envío
El viraje del franquismo al abrazar el modelo económico del capitalismo norteamericano durante la década de los sesenta del pasado siglo (lo que el propio régimen bautizó como "desarrollismo"), provocó a partir de febrero de 1965 la emergencia de un pronunciamiento sostenido en los campus universitarios españoles, cuyas pulsiones rebeldes eran similares a las que estremecían el globo por aquellas fechas. El campus de Madrid no fue una excepción a lo que ocurriría en los recintos de Berkeley, Tokio o París que, más allá de las reivindicaciones sobre el funcionamiento de la institución universitaria, mostraban el frontal rechazo al proyecto de modernización de aquel capitalismo, protagonizado por la primera generación salida de su manto. En el seno de estas protestas, que culminaron con el estado de excepción de 1969, destacaría un grupo activista conocido como los "ácratas", cuya decidida intervención haría girar con más virulencia el torbellino de la revuelta.