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Muertos que regresan del otro lado, espíritus que se niegan a irse, psicópatas que coleccionan cadáveres, fenómenos paranormales que interrumpen el sueño: el terror tiene muchas formas. Las grandes películas de miedo son aquellas que nos hacen mirar de reojo la puerta, saltar de la cama cuando escuchamos un ruido o asomarnos con desconfianza al interior del armario. Pero, sobre todo, son aquellas que consiguen reflejar los miedos y las ansiedades colectivas. Scream antecede a la matanza de Columbine, Tiburón se rodó en pleno auge del turismo de masas, The Walking Dead se estrenó al borde de una desintegración social sin precedentes producida por el neoliberalismo. Los miedos compartidos van cambiando y las temáticas del cine de terror mutan con ellos. Prepara una buena estaca, una navaja multiusos y todas las oraciones que sepas. Aquí dentro te espera el horror.