La crisis se ha convertido en escenario inevitable para comprender los profundos cambios experimentados por la economía y la sociedad españolas en los últimos años, con evidentes repercusiones en el ámbito político. Pero la crisis tiene también una dimensión geográfica mucho menos conocida aunque no menos importante, pues se gestó en determinados territorios y su impacto ha resultado muy desigual según la vulnerabilidad mostrada por las diferentes regiones o ciudades. El libro analiza la gravedad de la crisis y el efecto provocado por las políticas de austeridad en las provincias y las ciudades españolas a partir de numerosos indicadores económicos, sociales, demográficos e inmobiliarios. Pero, sobre todo, identifica por qué algunos lugares han sido más vulnerables al promover modelos de crecimiento que se han demostrado insostenibles a largo plazo y propone algunas medidas para que instituciones públicas, empresas y ciudadanos impulsen la resiliencia de los territorios. Supone así una novedad en la bibliografía existente, tanto por la información que aporta como por la importancia concedida al mapa como herramienta para describir y entender mejor lo ocurrido.