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Existe una triple herencia frente al pensamiento de Bakunin: por un lado, el rechazo en nombre de la revolución social emancipadora de la explotación de las clases dirigentes, cualquiera sea su forma, del capitalismo, con o sin religión, con o sin marxismo en el poder; por otro lado, la defensa de un anarquismo social indiscutiblemente unido al sindicalismo de acción directa que nace con la AIT -Asociación Internacional de los Trabajadores- en 1864; y finalmente, el buscar el autoritarismo para rechazarlo, bajo las diferentes manifestaciones del poder, incluso provisorio, entre los militantes libertarios.
Esta triple herencia queda expresada, sucintamente, en los escritos recopilados por Frank Mintz, que busca rescatar el pensamiento de Bakunin del olvido de la historia.