La estructura de la propiedad de la tierra estaba configurada por siglos de dominio señorial y económico sobre los campesinos, y en el primer tercio del siglo XX continuaba siendo el principal factor de la indigencia campesina en España y, al mismo tiempo, el semillero del sinfín de revueltas espontáneas que, protagonizadas por "los sin tierra", jalonaron el campo español en estos años.
En Cataluña, sin embargo, tras la ruptura del dominio ideológico de las clases privilegiadas con la llegada de la Segunda República, fue un amplio elenco de pequeños propietarios, rabassaires, arrendatarios y aparceros quienes enarbolaron la bandera de la agitación campesina. Juntos aglutinaban como grupo, no cuatro tipos específicos de campesinos, sino cuatro modalidades de explotación de la tierra que, parcialmente, hasta podían darse en la persona de un único campesino.
Los colectivistas de la región de Girona, desde presupuestos ideológicos libertarios e integrados en la CNT, por el contrario, aunque claramente minoritarios, libres y dueños de sus actos, no pretendieron introducir reformas sociales en el campo, sino atender las necesidades inmediatas de los eternos marginados y establecer unas relaciones sociales basadas en la igualdad económica y en la libertad individual, convencidos de que sólo la unión de ambas premisas imposibilitaría la explotación del hombre por el hombre.
CAMPESINOS Y REVOLUCIÓN EN CATALUÑA
COLECTIVIDADES AGRARIAS EN LAS COMARCAS DE GIRONA 1936-1939
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Editorial:
Coleccion del libro:
Idioma:
Castellano
Número de páginas:
312
Dimensiones: 200 mm × 130 mm × 0 mm
Fecha de publicación:
Materia:
ISBN:
978-84-86864-53-8