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Srecko Horvat realiza una labor detectivesca con respecto al concepto de terrorismo, y una labor forense con respecto al discurso hegemónico del mismo. Como buen destripador, analiza cómo se representa al terrorismo, pero también cómo se espectraliza, cómo se mistifica, cómo se estetiza y finalmente cómo se lo somete. Y en esa tarea, que combina el análisis de películas de Hollywood con la revisión de textos fundamentales de la filosofía Srecko Horvat realiza una labor detectivesca con respecto al concepto de terrorismo, y una labor forense con respecto al discurso hegemónico del mismo. Como buen destripador, analiza cómo se representa al terrorismo, pero también cómo se espectraliza, cómo se mistifica, cómo se estetiza y finalmente cómo se lo somete. Y en esa tarea, que combina el análisis de películas de Hollywood con la revisión de textos fundamentales de la filosofía moderna y contemporánea, consigue problematizar algo tan cercano, y por tanto tan opaco, como es el terrorismo.
Lo más enigmático, lo que más nos urge a revisar lo que entendemos por terrorismo es observar cómo, tras ese juego de legitimidades, tras esa lucha por
definir lo que está bien o está mal, se encuentra otro terreno de disputa que tiene que ver con las claves por las que una realidad se deja o no transformar. Un
terreno en el que no solo se juega nuestro acceso a lo imposible, o la dialéctica entre el sucio presente y la utopía, sino algo mucho más inmanente: nuestra
propia libertad.