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Un libro que acusa abiertamente a las instituciones liberales de haber distorsionado sus creencias básicas con el fin de apoyar un capitalismo sin restricciones.
Durante décadas, la clase liberal ha sido un mecanismo de defensa contra los peores excesos del poder. Posibilitaba formas limitadas de disidencia y cambio, y servía como baluarte contra los movimientos más radicales, ofreciendo una válvula de escape para la frustración y el descontento popular, y desacreditando a quienes planteaban un cambio estructural profundo. Sin embargo, una vez perdido su papel social y político, la clase liberal y sus valores se han convertido en objeto de burla y odio. La bancarrota del liberalismo ha abierto la puerta a los protofascistas, y los pilares de la clase liberal ?prensa, universidades, movimiento obrero, Partido Demócrata e instituciones religiosas? se han derrumbado. Las clases más pobres, e incluso la clase media, ya no disponen de un contrapeso.