Cuando Marx y Lenin se encuentran con el cine y no saben muy bien por dónde tirar, hacen lo mismo que los personajes interpretados por John Travolta y Samuel L. Jackson en Pulp Fiction: llamar al Señor Lobo, es decir, György Lukács, que es el único que puede hacer que nos quedemos contentos con los problemas de la mímesis y el reflejo antropomorfizador.
El pensamiento estético de György Lukács, pese a ser este uno de los intelectuales marxistas más importantes del siglo XX, no ha recibido ni de lejos la atención que merece. Se le ha leído poco y mal, muy mal. Tanto que se le ha acusado a la vez de ser lo mismo un burgués decadente como el filósofo oficial del "realismo socialista". Nada menos. Lukács no tiene nada de ninguna de esas dos figuras.
El libro que el lector tiene en sus manos surge de reunir, estudiar y espigar lo más interesante para el análisis fílmico de la obra lukacsiana. A través de sus escritos podemos darnos cuenta de cómo Lukács vio en el cine, desde sus inicios, el nacimiento de un nuevo arte, una nueva belleza. Esto implica que se esfuerza en poner en juego nuevas categorías y en aplicar de forma específica las que ya tenía para el arte en general. Así, para nuestra sorpresa, de su lectura emergen herramientas de reflexión de gran fertilidad para el análisis actual del cine. Ante su invisibilidad, quizá sea un momento oportuno para recuperar, de la mano del pensador húngaro, una estética relacional que nos regala análisis precisos para una teoría del cine como arte y como ensayo de una vida más inteligente y más digna.
NO LO SABEN, PERO LO HACEN
AUTOR/A
LUKÁCS, GYORGY
György Szegredi Lukács nació en Budapest el 13 de abril de 1885, en el seno de una familia perteneciente a la gran burguesía húngara. En 1906 se doctoró en ciencias políticas, y continuó sus estudios en Berlín y Heidelberg, donde estableció un contacto estrecho, entre otros, con Georg Simmel, Max Weber y Ernst Bloch. Ante el impacto de la Iª Guerra Mundial, ingresó, en 1919, en el Partido Comunista Húngaro, que se encontraba entonces en formación. En ese mismo año, se incorporó al Comité Central del Partido. Tras actuar como comisario del pueblo en educación y comisario político de la Quinta División Roja, Lukács vivió en Austria y Alemania. En 1933 emigró a Moscú. En 1944 ocupó la cátedra de Historia de la Cultura y de Estética en la Universidad de Budapest. A raíz de los ataques recibidos desde el estalinismo, se apartó, en 1951, de la actividad política, pero en 1956 apoyó el gobierno revolucionario de Imre Nagy y volvió a ingresar en el Comité Central. Cuando dicho gobierno fue derrocado, Lukács fue deportado a Rumanía; al regresar, en 1957, volvió a ocuparse de sus investigaciones estéticas y filosóficas, aunque sin dejar de formular significativas propuestas para la creación de un socialismo democrático y para la reconstrucción del marxismo. Murió en Budapest, el 11 de junio de 1971. <BR><BR>Editorial el Viejo Topo
CLARAMONTE ARRUFAT, JORDI
Jordi Claramonte, nació en Vila-real en el año 1969. Hacia los 18 años tomó tres o cuatro decisiones juntas (con posterioridad no se sabe que haya tomado ninguna más): estudiar filosofía a distancia, vivir cerca del mar, trabajar en una fábrica y hacerse insumiso al servicio militar. Era mucho lío, así que al final ha tenido que renunciar a la fábrica y al mar. Ha quedado la filosofía, la distancia y la insumisión. El mar lo sigue echando de menos, pero lo mismo le pasa a todo el mundo en Madrid, así que tampoco hay porqué hacerle mucho caso. Como diría Gamoneda: «ha sido escarnecido y olvidado (¿quién no?). Ya no comprende la noche ?ni el canto de los muchachos sobre las praderas. Y, sin embargo, sabe que algo más grande y más real que él, hay en él, va en sus huesos». Será por eso que escribe libros de estética como La república de los fines (Cendeac, 2016), Estética modal (Tecnos, 2016) y Desacoplados (UNED, 2015). Es, entre otras cosas, profesor de Estética en la UNED.