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No sé quién solía decir en mi casa: hay que tener recuerdos. Vivir no es tan importante como recordar. Lo espantoso era no tener nada que recordar, dejando detrás de sí una cinta sin señales. Pero qué horrible es que los recuerdos se precipiten sobre ti y te obliguen a mirarlos y te muerdan y se revuelquen sobre tus entrañas, que es el lugar de la memoria. A la memoria del sonido sigue la de los colores, la del tacto. Se mezclan para no tener piedad con nosotros así nos habla la propia María Teresa León en su libro Memoria de la melancolía sobre una cuestión tan importante como es la memoria. Y precisamente con esta obra de teatro Ángel Nepomuceno e Isabel López también nos hablan de memoria...la que hará resucitar en forma dramatizada a dos grandes literatos de la Historia Universal de la Literatura: Rafael Alberti y María Teresa León. Se abre el telón, disfruten.