El mes de marzo de 2004 no será fácil de olvidar. Vivimos jornadas de tristeza, movilización, rabia y esperanza. En estos dos últimos años se ha escenificado la rebelión de la ciudadanía contra los abusos del poder. Las movilizaciones obligaron a todos los dirigentes de la sociedad, incluidos los políticos, a posicionarse sin ambigüedades. Por primera vez en muchos años los protagonistas de la acción eran ciudadan@s anónimos. La militancia civil, como mínimo, se ponía al mismo nivel que la militancia política o sindical. Cientos de entidades ciudadanas dinamizaron las protestas. El 10 de marzo los partidos políticos encaran sus últimos cartuchos electorales. Las organizaciones civiles intentamos incidir, también, en la campaña. El día 11 Madrid se llena de sangre y luto. El 12 hay un clamor general contra la barbarie; es un día triste, lluvioso. El 13 los gritos son de rabia por la verdad y la dignidad. Los ciudadanos cambian sus citas nocturnas del sábado por la protesta en la calle. El 14 el sol sale en la ciudad abriendo puertas a la esperanza. Los protagonistas de lo ocurrido en estos días fueron miles y miles de ciudadanos desconocidos, pero que intuyeron claramente lo que estaba ocurriendo y decidieron intervenir con sus propios medios y posibilidades. ?