UN ESFUERZO MÁS

Imagen de cubierta: UN ESFUERZO MÁS
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Editorial: 
Coleccion del libro: 
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
266
Dimensiones: 240 mm × 160 mm × 0 mm
Fecha de publicación: 
2013
Materia: 
ISBN: 
978-84-7290-632-7

1. Un esfuerzo más para atravesar el impasse en el que estamos. Lo que es políticamente factible no cambia nada, y las acciones que podrían traer consigo cambios realmente significativos son, de momento, políticamente impensables. Existe un corte entre el destino personal y el destino colectivo. Y, sin embargo, la gente sale a la calle en miles de ciudades de Europa, del norte de África, del continente americano para gritar que "no nos representan", que "no somos mercancías en manos de políticos ni de banqueros", entre tantas otras nuevas expresiones de una insumisión política mundial. Hemos "aprendido la fuerza del número y la implacable eficacia de un No justo, compacto y unánime" (Pere Quart). La inteligencia colectiva ha descubierto que atacar el subsistema político regido por el código de la representación era lo más eficaz para subvertir la realidad. Fin de la delegación. Los pensadores conservadores, de derecha y de izquierda, tiemblan y como en los años setenta hablan de "un crecimiento exagerado de las demandas sociales", de una "sobrecarga de participación". No han entendido algo mucho más sencillo: en la actualidad, y como efecto del desbocamiento del capital, tod@s somos potencialmente antisistema.

2. Un esfuerzo más para que este despertar, para que estas nuevas formas de politización se muestren en lo que verdaderamente son. Hoy la vida, la propia vida, se ha convertido tanto en un desafío como en un problema común. Hay que evitar las viejas dualidades paralizantes militantes/no-militantes, reforma/revolución... El despertar del que hablan las plazas no es una toma de conciencia, sino la expresión de un malestar que contagia su rabia y, a la vez, su deseo de transformación. El poder creyó durante mucho tiempo que la indiferencia había disuelto los conflictos sociales, y que la precarización nos había hecho más cobardes. La desesperación, sin embargo, trabaja en silencio. Hoy se ha abierto un vacío poblado de cuerpos que quieren vivir y que están aprendiendo a expresarlo políticamente. Necesitamos un esfuerzo más para poder sostener la palabra tomada, para mantener abierto el vacío que se produce en el estómago cuando uno deja de tener miedo. El mismo vacío que se produjo en las plazas cuando en ausencia de identidades (siglas, banderas...) la gente empezó a tomar la dignidad en sus manos y a construir lo que permanece.